La condena de la leche

El camión cisterna baja por el camino de adoquines que lleva a los establos. Su longitud dificulta la maniobra para posicionarse al lado del depósito de acero, lleno de leche fresca. Eloy Sánchez tiene 50 años y lleva más de media vida cuidando y ordeñando vacas. Observa la operación de recogida como si estuvieran quitándole algo.