Uruguay: La Tertulia Agropecuaria analiza el mercado de lácteos en Uruguay, un sector con grandes posibilidades de crecimiento

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La lechería uruguaya ha tenido un crecimiento imponente en las últimas ocho décadas. Pero este año hubo una advertencia en el rubro: los precios internacionales cayeron muy por debajo de sus niveles de los últimos años. En una nueva edición de la Tertulia Agropecuaria, Emiliano Cotelo y Rosanna Dellazoppa se preguntaron cuáles son los desafíos que enfrenta hoy el sector lechero de nuestro país. Para responder estas y otras cuestiones, el invitado en estudios fue el contador Ruben Núñez, gerente general de Conaprole.
EMILIANO COTELO:
En los últimos años, el agro uruguayo se vio impulsado por un mercado internacional de precios al alza. Sin embargo, algunas señales dan cuenta de que ese escenario ha cambiado y la coyuntura se ha vuelto menos favorable. Por lo menos, eso es muy claro en el mercado de los productos lácteos, que en este momento se encuentra con precios francamente bajos.
Hacia allí vamos a mirar esta mañana en La Tertulia Agropecuaria.
¿Cuáles son los desafíos que enfrenta hoy el sector lechero? Ante la nueva situación, ¿qué pueden hacer los distintos eslabones de la cadena? Y en cuanto a los mercados de exportación, ¿qué es más importante: la diversidad de destinos o las preferencias arancelarias que se consiguen en cada caso?
De todo esto vamos a conversar, junto con Rosanna Dellazoppa, con el contador Ruben Núñez, gerente general de Conaprole e integrante del Consejo Ejecutivo provisorio del Instituto Nacional de la Leche (Inale).
ROSANNA DELLAZOPPA:
Agrego que dicen los oyentes que es hincha rabioso de Wanderers, que es muy buen cocinero, que muere con sus hijos, Soledad y Hernán, que es un gran lector, y que además sabe mucho de pintura.
RUBEN NÚÑEZ:
No creo que sea tan así. Lo de Wanderers sí es cierto, porque esas son las pasiones que increíblemente los uruguayos llevamos toda la vida. Es imposible cambiar de cuadro.
RD – Y la pasión por los hijos también.
RN – Por supuesto.
EC – Vamos a situarnos en el escenario que describía recién: un mercado internacional de productos lácteos con precios muy bajos. Además, dicen los especialistas que no hay señales de que eso vaya a cambiar, al menos hasta el segundo trimestre del año que viene. ¿Podemos graficar esto? ¿Cómo ha sido la caída de los precios?
RN – La expresión «graficar» es muy adecuada para lo que está pasando. Esta oscilación de los precios no es nueva, ya en el 2007 preveíamos una evolución de los precios internacionales en un esquema de volatilidad muy alta. Y es lo que ha estado pasando.
Los mercados en general de los mal llamados commodities, y en particular de los lácteos, han tenido un altísimo nivel de volatilidad. Eso ocurre por causas multifactoriales. Quizás el gran tema en todo esto sea lo que llamamos el «mundo encerrado» –lo que los ingleses llaman «the gated globe»–, la interrelación fenomenal que hay entre todas las cosas que ocurren en el mundo. La burbuja inmobiliaria en Estados Unidos o la crisis en España, Italia, Turquía, Grecia, la devaluación del euro o el crecimiento fenomenal de China, India, Irán. Todos estos empujes de decrecimiento o crecimiento afectan en dominó a todo el mundo. Ante eso que está pasando la pregunta es cuál debe ser la gestión de las empresas, cómo deben posicionarse frente a estas situaciones en las que vamos a encontrar precios que están en la cresta, pero que seguramente y seguidamente van a ir al valle.
EC – ¿Qué números podemos tirar para entender cómo ha cambiado la cosa?
RN – Con respecto a febrero de este año, la caída de los precios internacionales hoy es de más de 50%. Si uno mira la gráfica y ve que en los últimos siete años los precios han oscilado entre 1.800 y 5.000 dólares, vuelven a caer a 3.500, bajan a 2.500, suben a 3.000, bajan ahora a 2.500, se pregunta cómo hace una empresa que tiene esos niveles de volatilidad en los ingresos por sus productos. Es realmente muy complejo. Lo importante es saber que eso va a pasar y adelantarse a la toma de decisiones para poder matizar las vulnerabilidades.
RD – Cuando hablás de esa bajada de 5.000 a 2.500, ¿a qué productos en especial te referís? ¿Al principal producto de exportación de Conaprole o en general? Porque promediar diferentes productos parece que daría cualquier cosa.
RN – Correcto. Allí estamos hablando de nuestro principal producto de exportación, que son las leches en polvo. En el mercado de quesos esas oscilaciones no se han dado con ese nivel de desfasaje. También ha habido algunas altas y bajas, pero fundamentalmente se dan en las leches en polvo, que son el más del 70% de los productos que exportamos.
EC – Cuando usted habla de «leches en polvo», se refiere a leche entera y leche descremada, son las dos posibilidades.
RN – Básicamente leches enteras y descremadas, con todas las variedades que esas leches tienen.
RD – Partiendo de la base de que conocemos que son mercados volátiles y que las oscilaciones pueden ser mayores, una buena gestión parece ser la clave para el manejo de este negocio. En este caso, ¿qué diferencial tiene Conaprole frente a una empresa privada?
RN – Conaprole es una empresa privada de modelo cooperativo, la diferencia es con otros tipos de organizaciones. En mercados volátiles, en los que existe un alto nivel de incertidumbre, es donde más importantes son la planificación y la presupuestación. Es decir, la estimación de todos los escenarios posibles y evaluar ante cada uno cuál es el mejor posicionamiento de la cooperativa para alcanzar su objetivo central, maximizar el precio de la leche a los productores.
Nosotros hemos definido, y aquí hay una responsabilidad muy importante del gobierno de la cooperativa, de las políticas de la cooperativa, crear un fondo de estabilización de precios en los momentos de altos niveles de precios, de forma de poder acompañar los desfasajes a la baja, para que no sean tan abruptos para el productor, y por lo tanto ecualizar los niveles de precios en el tiempo.
EC – Han llevado adelante una política anticíclica: cuando los precios son buenos y las ganancias por lo tanto son más marcadas, ustedes ahorran, guardan una parte para compensar después al productor cuando el precio internacional baja.
RN – Ese es el objetivo. No siempre es posible realizarlo, pero el objetivo es: ante situaciones de mercado en que los niveles de precios, por equis motivo –por presiones de demanda, por temas climáticos o lo que fuera en el mundo–, son a nuestro juicio altos, no convalidar niveles de precios altos como precios de tendencia a largo plazo, sino definirlos como coyunturales y generar las reservas para que después, si suceden las bajas, no sean tan abruptas y no peguen tanto en el productor, que tiene que estar permanentemente produciendo y mirando a mediano plazo.
EC – ¿Es fácil resolver eso? Porque supongo que también está la tentación del productor de decir «si el precio está allá por las nubes, páguenme a mí también por las nubes». ¿Está extendida la conciencia de que conviene hacer ese recorte para ahorrar?
RN – Es muy importante esa pregunta y es interesante. Primero, es increíble el mundo de la lechería y el productor lácteo. Cuando explicamos el fondo de estabilización poco menos que el productor nos decía «háganlo más grande». Y por otro lado –quizás el tema más importante, casi filosófico–, el productor de leche mira a los próximos 30 años, mira el futuro, el futuro de sus hijos, el futuro de sus nietos, no quiere irse de la lechería. La lechería no es una actividad económica, es un modo de vida, es una filosofía de vida. De manera que cuando uno hace todas estas cosas, las hace en la búsqueda no necesariamente de la maximización de una utilidad de corto plazo, sino de la sustentabilidad de la actividad a futuro.
EC – Yendo a lo que está pasando en este año, ¿cómo le está pegando a Conaprole esta coyuntura de precios más bajos? ¿Qué está ocurriendo en sus exportaciones?
RN – Esta es una coyuntura muy compleja. En el comercio hay dos aspectos que generalmente uno puede definir como muy negativos: uno, cuando hay precios bajos, y otro peor cuando la demanda está sumamente trancada, es prácticamente inexistente. Hoy se nos están dando las dos coyunturas. China, que le puso un segundo piso al mundo, bajó sustancialmente la demanda de productos lácteos y eso frenó el comercio internacional.
Conaprole tiene un buen nivel de diversificación de mercados, mantenemos un flujo de exportaciones importante, pero el nivel de precios cayó, de manera que ya estamos aplicando el fondo de estabilización y el productor no está sintiendo esa caída. La expectativa nuestra es que para el primero o segundo trimestre del año que viene exista un rebote natural de los precios empujado por un mayor nivel de demanda mundial. Eso debería ocurrir.
RD – ¿Por qué?
RN – Porque esta no compra internacional que se está dando está haciendo caer fuertemente los niveles de stock en el mundo. En el contacto con nuestros clientes en China, en Venezuela, en Brasil, ya tenemos información de sus proyecciones de compra para el 2015, lo que llamamos el Q1, Q2, Q3, ya sabemos que va a haber demanda para el segundo trimestre. Por lo tanto la rueda empieza nuevamente a girar y los precios se van a alinear con lo que deberían ser precios más razonablemente de equilibrio.
RD – O sea que ustedes están tranquilos. Es una situación a la que están relativamente acostumbrados, con una relación fluida entre los productores, no es ninguna situación de dramatismo ni de pánico.
RN – Siempre estamos tranquilos. Porque la concepción que tenemos es que Conaprole ha atravesado en el tiempo todos los escenarios posibles: bum de precios, depresión de precios, temas de tipo de cambio… Lo que tenemos, que nos da una enorme confianza, es un excelente equipo de alta dirección que está capacitado para dar respuesta, cualquiera sea el escenario, para devolverle al productor el mejor retorno posible.
Por eso hay que tener siempre calma. Cuando hay un desarrollo fenomenal de los mercados, cuando existen estas situaciones de recesión abrupta, cualquiera sea el escenario hay que dar la mejor respuesta.
EC – El caso de Conaprole es muy interesante. Pero si miramos más en general al sector, ¿cómo está reaccionando, cómo lo está afectando esta coyuntura externa?
RN – En general el resto del sector lácteo uruguayo, que tiene un altísimo componente de cooperativas (más del 80% de la producción láctea en Uruguay está en el modelo cooperativo), tiene un gran foco en la producción de quesos, sobre todo, con destino a la exportación. De manera que allí la volatilidad ha sido menor, los niveles de precios han estado más estables y uno debería pensar que el resto de las empresas no están hoy en una situación tan compleja como los que tenemos una producción importante de leches en polvo.
EC – En este contexto que estamos describiendo, ¿el Mercosur ha servido para algo?
RN – Sin duda. Hay un aspecto central, que no es para la lechería, es para el país, que es el crecimiento hacia fuera. Si queremos solucionar los grandes problemas que tiene el Uruguay, la única forma que tenemos para resolverlos es seguir creciendo mucho más fuerte y mucho más rápido hacia fuera. No va a ser con el crecimiento de nuestro mercado interno. Y en ese sentido, el Mercosur y todos los mercados son relevantes para el Uruguay.
Nosotros deberíamos ser los fenicios de América Latina. No hay ningún mercado que no nos sirva. Entonces, más Mercosur, mejor Mercosur y otros mercados.
EC – Pero en estas circunstancias, ¿cómo se ha comportado el Mercosur a nuestros efectos?
RN – En particular para nosotros muy bien. Tenemos un mercado natural de destino, que es Brasil, en el cual tenemos una imagen de marca realmente espectacular. Cuando uno dice Conaprole en Brasil, el brasileño contesta «Conaprole é qualidade». Eso nos enorgullece mucho.
De manera que el Mercosur para nosotros es importante, el mercado brasileño es importante, el mercado argentino en algunos momentos ha sido importante, hoy es un mercado notoriamente trancado. Pero no solo Mercosur, sino la posibilidad de desarrollar otros mercados, otras aperturas.
EC – ¿Qué otros acuerdos que tenemos están siendo útiles en estos meses tan especiales?
RN – En Venezuela tenemos un acuerdo de preferencia arancelaria por el cual ingresamos fundamentalmente con quesos y leches. Pero también tenemos una exportación directa del gobierno, que es muy importante y muy relevante para nosotros. Y también el acuerdo con México, que son 6.600 toneladas de queso, con un cupo de exención arancelaria, es relevante para Uruguay. Además existe un cupo de quesos a Estados Unidos de 1.500 toneladas, que también se cumple. Todos esos accesos y todas esas posibles colocaciones de productos en el exterior son muy relevantes y muy importantes para toda la industria láctea.
EC – ¿Qué precios implican? ¿Son más altos que estos precios que estamos considerando como referencia y que más bien corresponden a las licitaciones de Fonterra?
RN – En algunos casos sí, fundamentalmente en el tema de los quesos en Venezuela se pueden alcanzar valores más importantes. En el mercado doméstico de Brasil, en la medida en que hay una equivalencia allí con el arancel externo común, se logran algunos niveles de precios un poco mejores que los de la licitación. Pero el tema central, cuando uno busca inserción y accesos, está por el lado de la posibilidad fluida de vender y de tener opciones de vender.
EC – Enganchando con lo anterior, tomo esta pregunta que manda Gonzalo de Pocitos: «¿Qué tan dependiente es la lechería uruguaya de Venezuela y sus sobreprecios? Además, ¿está pagando Venezuela?». Es un país que tiene sus dificultades.
RN – Para entender muchas frases que uno escucha y dice qué fantástico sería el mundo así. Cuando dicen que hay que diversificar mercados y productos o que hay que agregar valor a los productos, en realidad los mercados de importación importantes en el sector lácteos no son más de cuatro o cinco. Los grandes importadores mundiales de productos son China, México, Venezuela, Argelia y Rusia en el tema quesos. No hay una gran diversificación de los mercados de importación. El 90% de la producción de leche que se genera en el mundo se consume internamente en los lugares donde se produce, el mercado internacional es solamente un 10% de la producción mundial. De manera que la importación de productos lácteos está concentrada en algunos países, en algunos bloques de países.
EC – Entonces, ¿qué dependencia tenemos de Venezuela?
RN – Venezuela es un mercado importante, que ha crecido. En el pasado no tuvo la relevancia que tiene hoy, hoy es un mercado importante, pero el principal destino de exportación de Conaprole en octubre fue Rusia, y nosotros somos el segundo exportador de manteca a Rusia.
RD – Hacia ahí hay que apuntar.
RN – Hay que apuntar en todas las direcciones.
EC – Queda pendiente saber si Venezuela está pagando.
RN – Sí, está pagando, tenemos un flujo continuo de comercio con Venezuela. Y en la medida en que pueda haber algún delay en los procesos de pago, también tenemos un proceso de embarque que acompasa ese esquema. Pero hasta ahora no hemos tenido ningún inconveniente y ha sido uno de los principales destinos.
***
RD – El país tiene varios temas importantes por resolver como país. Cuando estábamos preparando esta nota hicimos foco en lo que tiene que ver con inserción internacional y políticas de Estado y cómo en eso influye el Cluster Lácteo; sería bueno que nos comentaras cómo está integrado y ahí cómo entrar en el tema internacional a que nos referimos.
RN – La lechería en el Uruguay tiene unas capacidades fenomenales de crecimiento. La leche en nuestro país se produce en 800.000 hectáreas, un 5% del territorio que podría ser explotado con fines de lechería. O sea que el país tiene posibilidades de duplicar, triplicar, cuadriplicar la producción láctea. Nueva Zelanda tiene 19.000 millones de litros de leche de producción anual contra 2.400 de Uruguay.
EC – Así que hay más posibilidades de crecimiento. En una disertación que usted realizó hace pocos días mostraba cómo ha crecido la lechería uruguaya en las últimas ocho décadas. No ha habido pausa en ese proceso.
RN – Es fantástico. No ha habido pausa, una tasa de crecimiento en el eje del 4% en los últimos 80 años. Pero lo increíble es que hoy tenemos básicamente menos territorio ocupado por la lechería, básicamente el mismo número de vacas que en los últimos años y la producción sigue creciendo.
EC – Y tiene potencial para ir a más todavía.
RN – Sin ninguna duda. Y dentro del mismo esquema territorial que hoy ocupa, por temas de mejoras de productividad y mejoras de gestión en la producción láctea. Pero además, si se incorpora más territorio a la producción y más vacas a la producción, las capacidades del país para tener una altísima producción de leche son fenomenales. La facturación de Fonterra en Nueva Zelanda es prácticamente un tercio del PBI del Uruguay. Es una actividad que tiene enormes capacidades de crecimiento.
EC – ¿Por qué remarca eso?
RN – Porque hoy por hoy el 90% del crecimiento de la leche que se genera en el país tiene que ser necesariamente exportada. Tenemos un mercado interno fantástico, que está entre los consumos per cápita de leche más altos del mundo, con lo cual es muy difícil seguir presionando al alza el mercado interno en una población que crece muy lentamente. De manera que hay que tener un proceso muy fuerte de exportación. Hoy por hoy el sector lácteo es un sector que mira al mundo y vende en el mundo. Por lo tanto la inserción mundial, la posibilidad de desarrollar mercados y clientes en el mundo es un tema central.
Cuando uno mira el mundo, ve que el 80% de la demanda de alimentos está en Asia, donde está más de la mitad de la población mundial, más de 3.500 millones de habitantes están allí. Allí está el crecimiento más fenomenal de la clase media de los últimos tiempos, allí se genera una de las transformaciones más grandes de los últimos 100 años de la humanidad: la traslación del comercio de Occidente a Oriente. El gran desarrollo del comercio lo hizo Occidente, hoy es Oriente el que impulsa el comercio mundial. De manera que nosotros necesariamente –los fenicios de América del Sur– tenemos que estar allí.
RD – ¿Conaprole tiene gente viviendo ahí?
RN – Tenemos el primer empleado chino, que es una chica, Sofía, que está trabajando con nosotros hace un año. Estamos muy contentos, es una excelente colaboradora y está haciendo un trabajo fantástico.
Respecto a la inserción internacional y la visión estratégica del Uruguay, antes que el tema de la educación o antes que el tema de la inseguridad o seguridad que tanto nos preocupa, si no crecemos, si no vendemos mucho más, el PBI de Nueva Zelanda, un país con similar población que nosotros, es de 140.000 millones de euros, tres veces lo nuestro, el de Finlandia cuatro veces lo nuestro. Con esas capacidades de PBI, uno puede hacer muchísimo más por la educación, muchísimo más por la seguridad, muchísimo más por el empleo. El gran desafío del Uruguay no es Uruguay país productivo o país de servicios; es Uruguay país productivo, país de servicios, país de turismo, país de puertos, país de tecnología, es todo junto.
EC – Y para eso la inserción internacional es fundamental. ¿Cómo estamos en esa materia, por ejemplo si miramos a Asia?
RN – Es un desafío muy grande y muy complejo. Estamos en el Mercosur, en principio el Mercosur nos obligaría a negociar en bloque, Brasil ha sido renuente históricamente a ampliar las posibilidades de tratados de comercio internacional, ni hablar con China, ni hablar con Europa. Esa ha sido una traba.
EC – Es un problema, porque otros países, por ejemplo Nueva Zelanda, sí están teniendo acuerdos bilaterales de libre comercio con China.
RN – Sin duda, es un problema. Nosotros hace 20 años que venimos hablando de este tema, creemos que existen posibilidades de perforar este concepto y lograr que el Uruguay sea una prueba piloto de posibles acuerdos fuera del Mercosur que sirva luego de base para el Mercosur. Un acuerdo con Corea del Sur, tipos de acuerdo con China que no sean en teoría lo que prohíbe o bloquea el Mercosur, que son los tratados de reducción arancelaria. Pero hay otros tipos de tratados, de inversiones, de cupos, de accesos, que creemos que deberían analizarse y evaluarse.
RD – ¿Eso es rol de Cancillería, es rol de políticas de Estado? ¿Quién no lo ve todavía?
RN – No es que no se vea, son temas a veces muy complejos. Nosotros no estamos en la diplomacia, los acuerdos no son entre empresas, son entre países. Ahí juega todo un mecanismo de políticas de Estado, políticas de las cancillerías, interrelación en el Mercosur entre los gobiernos.
EC – En esa conferencia de hace algunas semanas usted comparaba Uruguay con Nueva Zelanda en cuanto a la negociación y firma de ese tipo de acuerdos. Y subrayaba que Uruguay se quedó, frenó ese tipo de avances en los 80 y pico, 90.
RN – Los acuerdos fundamentales que tenemos hoy en la lechería son de la década del 80, la Ronda Uruguay del GATT, el acuerdo con México y la ampliación del acuerdo con México del 2005.
EC – De ahí en adelante, poco más. Mientras tanto, Nueva Zelanda año a año incorpora nuevos acuerdos, y eso le implica acceso privilegiado a mercados. Ese es el tema, cómo juega un competidor nuestro.
RN – Exactamente. Hay que entender que hoy en el mundo hay 370 tratados de libre comercio. Lejos de ser un mundo de libre comercio, es un mundo que está atado a los tratados entre países o entre bloques de países. Eso significa que en el futuro, mañana, si usted no está en los tratados y en los acuerdos, estará fuera del comercio. Es un mundo fragmentado en acuerdos, por lo tanto lo fundamental es colgarse de los acuerdos o de la mayor cantidad de acuerdos posible para estar de esa manera en condiciones similares a las de los que están negociando, comerciando en el mismo segmento de negocios. Los neocelandeses, los australianos, pero Costa Rica, Panamá se mueven en dirección de lograr mejores accesos, mejores oportunidades en todos estos mercados.
RD – Para movernos un poco mejor o con más eficiencia en ese sentido, ¿el Inale podría llegar a tener un rol protagónico de hacer fuerza, de ser el gran coordinador, el gran gestor? ¿Por dónde viene la mano?
RN – El Inale está haciendo una tarea fenomenal de incorporar a todo el Cluster Lácteo, desde los productores, la industria, la parte de políticas públicas, que es tan importante, primero haciendo un proceso muy muy intrascendente, escolástico, de entender qué es la lechería, qué son los mercados internacionales, cuáles son los desafíos que tenemos. Porque nosotros tenemos como objetivo duplicar la producción de leche, pero una vez que la dupliquemos tenemos que pensar a quién se la vamos a vender. Y cuando pensamos a quién se la vamos a vender, los crecimientos naturales de los países de destino que tenemos no van a poder capturar toda esa leche, vamos a tener que ir a otros mercados que tengan crecimientos mayores. Es un desafío fenomenal para el Uruguay. Por suerte es una oportunidad que tenemos todos los uruguayos para trabajar fuertemente en esa línea.
RD – Igual me sigue quedando la duda. El sector primario viene haciendo el esfuerzo de aumentar la productividad. ¿Debería hacerse en paralelo el otro trabajo de acceso a mercados? ¿Cómo van esas dos curvas y cómo va el conocimiento que tienen los que están en las oficinas de lo que está pasando en los procesos primarios?
EC – Quizás antes que eso, ¿qué está haciendo el sector primario? Porque a veces cuando se dan este tipo de discusiones se puede pensar: «Otra vez se está reclamando que el gobierno, el Estado haga cosas, pero ¿y el productor, el privado qué hace?». Veamos en primer término eso: los productores, las industrias en el sector lácteo ¿qué están haciendo por su cuenta en cuanto a la mejora de la productividad?
RN – Alcanza con mirar lo que pasó en los últimos seis años para tener una respuesta muy clara sobre el tema. En los últimos seis años aumentó 50% la producción de leche en el Uruguay. Eso es fruto del proceso de mejora continua y del desarrollo fenomenal del sector lácteo primario en el desarrollo de la producción. El productor lechero tiene una obsesión por la mejora continua permanente.
EC – ¿Y para eso qué hace?
RN – Para eso invierte, para eso se capacita, busca permanentemente el tema de la tecnología. La producción de leche debe de ser de las actividades más complejas que existen: la agronomía, la química en el suelo, la tecnología en los equipamientos, la genética en el animal, el manejo de las relaciones laborales con el personal, la concepción de la calidad, la sustentabilidad, el medioambiente y el manejo de toda esa actividad. Y diaria, dos veces por día, 365 días al año. Es de una intensidad fenomenal y se necesitan los profesionales de producción láctea, el tambero uruguayo, de los mejores del mundo.
RD – No me parece que se esté haciendo un reclamo al Estado. Existe esta figura relativamente nueva que es el Inale, que coordina; mi pregunta era qué rol tan efectivo puede jugar. Yo tengo una percepción general de que a los tomadores de decisiones de otros ministerios muchas veces les cuesta comprender los procesos productivos y toda esa complejidad. Entonces, si hace 20 años que estamos hablando del tema de acceso a mercados, y en un mundo cada vez más globalizado y cada vez más atado, a pesar de que se diga de libre comercio, ¿cómo podemos actuar en conjunto o qué potencialidad tiene el Inale para que eso realmente sea efectivo?
RN – Estamos teniendo ciertos avances, es mi percepción. En primer lugar, creo que ya hay una conciencia general en el sector político, en la gente, en las instituciones de la necesidad fundamental del país de tener una mejor inserción, de tener una mayor apertura en los mercados internacionales. Creo que eso ya no lo discute nadie. El tema es el cómo.
Además históricamente hemos tenido un gran freno en el Mercosur conceptualmente y legalmente, en el bloqueo que hacía el Mercosur de hacer otras cosas más allá de él, y nosotros no nos movimos en esa dirección. Hoy hay una conciencia de que quizás sea posible hacer cosas, con el aval, con el waver del Mercosur.
Por último, el Inale aparece en el escenario como un elemento que antes no estaba, que refuerza la institucionalidad del Cluster Lácteo y que va a empujar en esa dirección, que va a hacer un esfuerzo muy grande dentro o desde las políticas públicas para que se transite ese camino. O sea que estamos en una mejor posición que antes. Quizás lo que no estemos viendo es que los demás están corriendo a 200 kilómetros por hora. Ese es un tema que deberíamos ver con más atención.
***
EC – Aparte de todas las preguntas que le hemos estado haciendo con Rosanna, ¿quedó algún tema fuera, quedó algo por decir?
RN – Creo que hemos hablado de los temas más importantes. Como final, me gustaría hacer una reflexión sobre Conaprole, que es un orgullo de los uruguayos y a veces no tenemos la noción clara de lo que significa.
Conaprole es la primera empresa uruguaya en materia de facturación, ya estamos llegando a los 1.000 millones de dólares, lo que es un hito en la historia del Uruguay y un orgullo para todos los uruguayos. Pero además es el principal exportador de Uruguay y el mayor exportador de lácteos de América Latina.
Y siendo todo esto, es una cooperativa. Una cooperativa muy eficiente, propiedad de 2.150 medianos y pequeños productores.
EC – Recuerdo una entrevista que hicimos con usted hace años, en el 98, 99, cuando estaba la discusión de si se vendía Conaprole al grupo Exxel.
RN – Estos 15 años han sido una respuesta muy contundente a la decisión que se tomó en ese momento.
Como final quiero hacer la siguiente reflexión: en este mundo, que es el mundo de la inmediatez, de todo ya, de la modernidad líquida de Bauman, de la sociedad del vacío de Lipovetsky, en Conaprole estamos construyendo una catedral: pensamos para los próximos 50 años. El productor lácteo piensa para los próximos 50 años, construye para los próximos 50 años. No está abrumado por los precios de hoy y los de mañana, construye a diario algo pensando en los próximos 50 años y con una obsesión por mejorar en forma continua, por tener la mejor tecnología del mundo, por tener la mayor calidad del mundo, y consciente –y esto es algo que a los uruguayos no nos gusta reconocer– de que somos de los mejores del mundo, entre los mejores productores de leche del mundo está el Uruguay. Entre los mejores procesos industriales del mundo por tecnología están los uruguayos. A veces es bueno reconocerlo, fundamentalmente para comprometernos más, para exigirnos más y para avanzar más.
***
Transcripción: María Lila Ltaif
www.espectador.com

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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