Arranca la ‘Marcha blanca’ de los ganaderos castellano-leoneses con destino a Madrid.
Se echan a la carretera para salvar tanto el presente como el futuro de su sector. La ‘Marcha blanca’, una movilización convocada por los ganaderos de Castilla y León y que pretende llegar hasta Madrid para protestar por los bajos precios de la leche, ha arrancado su ruta hoy desde León. En Hoy por hoy hemos hablado con Jesús María Rodriguez, gerente de la cooperativa VegaEsla, para conocer, de primera mano, sus reivindicaciones y cómo es el ambiente en el primer día de marcha.
La marcha de los productores de Castilla y León, una región en la que 9.000 personas viven de la leche, recorrerá los 300 kilómetros que separan León de Madrid, divididos en doce etapas. Los ganaderos regalarán unos 1.000 litros de leche en cada localidad en la que paren, hasta que realicen su llegada a Madrid el día 4 del próximo mes, coincidiendo con la reunión del Consejo de Ministros de cada viernes.
«Estamos muy animados a marchar y pedir lo que es nuestro», comenta Rodríguez sobre los 100 productores que hoy han partido desde la capital leonesa para reclamar, entre otras peticiones, la venta de su producto a un precio mayor. «Ahora estamos vendiendo el litro de leche por debajo de los 20 céntimos y la media de precio de venta no llega a los 27 céntimos por litro», apunta Rodríguez. Esos 20 céntimos contrastan con el precio que paga el consumidor por un cartón de un litro de leche, comprendido entre un euro y 70 céntimos.
Otra de las peticiones del sector es el fomento del consumo del producto nacional por parte de las administraciones, un fomento que se podría materializar a través de un etiquetado en los productos lácteos que especifique la nacionalidad española del producto. Asimismo, piden que las personas responsables «se sienten en las mesas para acordar un precio rentable y que se fomente el asociacionismo».
En cuanto a la repercusión que esta situación puede tener sobre el precio final de la leche, el gerente de la coopertaiva VegaEsla asegura que el consumidor lo podrá notar si en un futuro el sector se ve diezmado. «Si no hay tanto producto, el encarecimiento del producto está claro», apunta.
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