El Gobierno neozelandés ha recriminado al gigante agroalimentario Fonterra el retraso en la alerta sobre la contaminación de varios de sus productos. El principal exportador de lácteos del mundo anunció el fin de semana la presencia de una bacteria que puede causar botulismo, una enfermedad que puede provocar parálisis muscular y la muerte.“Uno piensa que deberían haber tomado todo tipo de precauciones y que si han detectado algo extraño en los controles habrían tenido que desecharlo hasta estar absolutamente seguros de que está bien. Eso es algo a lo que tendrán que responder los consejeros ejecutivos de Fonterra” ha dicho el primer ministro neozelandés, John Key.
Producido en mayo de 2012, el componente contaminado se utiliza en la elaboración de productos de alimentación infantil y bebidas deportivas. China ha comenzado la retirada de lácteos de la marca neozelandesa Fonterra.
“No se ha informado de reacciones adversas por parte de los consumidores. Actualmente, estamos pidiendo a nuestros vendedores que analicen las informaciones procedentes de los mercados y minoristas” ha explicado la responsable de una de las firmas chinas afectadas.
El director general de Fonterra ha viajado este lunes a Pekín para pedir disculpas y tranquilizar a los consumidores. El 90 por ciento de las importaciones chinas de leche en polvo proceden de Nueva Zelanda.
Rusia, Vietnam y Tailandia también han ordenado la retirada de productos lácteos neozelandeses.