#Venezuela: ¿Qué pasa en Industrias Diana, SIDOR, Lácteos los Andes, etc? una lectura Crítica

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Motivado por el momento que atraviesa la revolución, los importantes conflictos presentes en las experiencias de co-gestión y/o control obrero, y la posición asumida en el programa de temas sobre el tapete transmitido por RNV el día martes 06 de agosto del presente año, he decidido aportar algunas ideas que permitan abonar al entendimientode por qué tal situación, las cuales pueden verse erróneamente como simples problemáticas domesticas o reivindicativas, sin observar el volumen del iceberg que se esconde tras aguas aparentemente tranquilas.
Antes de leer este breve escrito, sería oportuno que escuchen el audio del citado programa para poder lograr la necesaria contextualización que requieren estas líneas, aunque trate de bajarlo, para ahorrarles el trabajo de buscarlo, lamentablemente aún no he podido hacerlo. No obstante, en el citado programa se asume de forma muy rápida y genérica, dadas las limitaciones del tiempo en radio, tan importante tema como es el del control obrero, la co-gestión, el sindicalismo o cualquiera otra forma de organización de los trabajadores y su relación con los medios y unidades de producción, expresión concreta ésta de cómo funcionan las unidades de producción en el socialismo.
Por éste estratégico espacio de debate, al cual agradezco la gentileza de siempre publicar mis escritos, han sido múltiples los artículos en que los camaradas han puesto en evidencia la problemática presente en lácteos los andes, Industrias diana, SIDOR, Ferrominera, etc, etc, etc, en las que los trabajadores reclaman en algunos casos mayor o menor participación en el esquema de co-gestión, mayor participación en la repartición de dividendos, mayor participación en la toma de decisiones estratégicas de las unidades de producción, pago de deudas contraídas y cuyo cumulo para el futuro es simplemente incalculable, eliminación de la tercerización, mayor número de cargos fijos, aumento de salarios, etc, etc, etc.
Esta larga lista de peticiones y la consecuente problemática que acarrea su insatisfacción, solo se pueden explicar cuando se logra entender las características que determinan la estructuración de la formación económico social venezolana, y como las más importantes de éstas tenemos la cultura rentista que se produjo, reprodujo e inoculo con el oro negro en el imaginario colectivo venezolano y, en segundo lugar, el mesianismo que distingue no solo la cultura política nacional, sino, y más grave aún, el modo se ser del venezolano.
Si bien estas dos características pueden parecer abstractas, en realidad las mismas operan las 24 horas del día y en forma bien concreta en nuestra población y en el caso que acá nos motivaes la lamentable explicación del fenómeno presentado. En el caso de la primera característica, el Estado y la enorme renta petrolera que el mismo administra, lo han convertido lógicamente en el centro de las apetencias de todas las clases sociales que a su sombra se han estructurado, históricamente todo depende del Estado y sus recursos, lo cual no sería del todo contraproducente si se tratara de un Estado revolucionario, pero como no es así, a su sombra se desarrolló una vergonzosa cultura parasitaria, que tiene como principales protagonistas a la mal llamada burguesía nacional, pero que también tiene como protagonistas aguas abajo a toda la burocracia estatal, que con distinta forma de extracción cumple el mismo papel parasitario, desde el respetable portero que trabaja durante 25 años en un ente público para quedar ganando una pensión, pasando por profesionales, gerencia media y alta, la iglesia católica y hasta los académicos que nunca producen nuevos conocimientos en pro del colectivo pero que si garantizan los privilegios de parasitar académicamente del Estado .
Pero como con esto no estoy descubriendo el agua fría, surge la pregunta ¿por qué es tan importante esta problemática en la llamada clase obrera?, ¿acaso esto no ocurre en otros sectores?, en procura de la respuesta más acertada nos encontramos con el hecho de que como estamos en revolución y es la clase obrera la que hace revolución, entonces es el estado de su organización, claridad política y compromiso un tema de primer orden en toda experiencia de transformación social que tiene la intención de ser socialista. Entendiendo este nivel de importancia y los rasgos esenciales de la primera característica, nos surge una nueva pregunta ¿acaso la clase obrera escapo de la inoculación del rentismo petrolero? Obviamente la respuesta es NO.
Lamentablemente la experiencia histórica nos dice, salvo honrosas excepciones, que la reserva moral que debe asistir a esta clase social y particularmente a sus llamados dirigentes, es una gran deuda, y como bien reza la lógica del rentismo petrolero, lo importante es lograr adherirse a la piel del Estado para comenzar la extracción de su renta, es decir, la prioridad para este grupo social es entrar a trabajar para el Estado, más aun si es para una institución o empresa de gran magnitud, procurar un cargo fijo para garantizar parasitar para toda la vida y posteriormente en el caso de la dirigencia sindical, esconder estos objetivos individuales y vergonzosos bajo banderas de luchas reivindicativas, discursos revolucionarios y la organización de la clase obrera.
Se lo fuerte de estas afirmaciones pero con mucho dolor tengo que decirlas, como ejemplo de esto basta tomar a la CVG y de todas sus empresas afiliadas, siendo nativo del estado bolívar puedo hablar con propiedad, en ellas es común escuchar expresiones de descontento con su gerencia, funcionamiento, producción, salarios, beneficios, tanto de personal que labora en ellas como del que no, sin embargo, hay una gran contradiccióncuando descubrimos que el sueño de éstos es lograr conseguir algún cargo fijo en las citadas empresas, rentismo simplemente rentismo,  y como no solo son los trabajadores, sino el esquema de gestión y el modelo de desarrollo que en ese momento se impuso, hay que recordarle a nuestro pueblo que la CVG tiene el mas descarado ejemplo de parasitismo, ya que funciona con la materia prima de todos los venezolanos (hierro, bauxita, aluminio, etc) y las riquezas que de su procesamiento se genera solo la disfrutan un pequeño grupo de trabajadores, ya que la republica no obtiene nada de esta actividad productiva.
Desde la lógica del rentismo todo proyecto de vida tiene que girar en torno a sustraer del Estado la mayor renta posible y esperar en su estado de comodidad, lo cual rompe con toda lógica de trabajo productivo, de creación, de innovación, de invención, de conocimiento creativo, como características que deben definir al socialismo. Se trata de medrar del Estado, de importar, de consumir y asimilar ficticiamente un modo de vida propio de una sociedad industrializada, se trata de la lógica de ¿para qué trabajar creativa y productivamente, si hay un Estado rico y hay que parasitar de él en la versión que sea?, así las unidades de producción no puedan pagar ni su propia nomina, allí hay un Estado rentista que resuelve.
La segunda característica refiere a una de las maldiciones históricas de nuestra sociedad el mesianismo, en el que se resume el hecho concreto de no asumir responsabilidades en el rol protagónico que tenemos todos y cada uno en el destino de nuestra patria y hasta en la definición y concreción de nuestros proyectos de vida personales, es siempre la necesidad que tenemos de endilgar esta responsabilidad en un mesías o caudillo, en la otredad, para de esta manera siempre mantener nuestra pureza moral frente a la complejidad de hecho social.
Desde esta segunda característica se explica el por qué del caudillismo en nuestro pasado mediato, el por qué del presidencialismo y todos los jefismo que hoy definen nuestra vida política, desde la dimensión más abstracta hasta la más particular; ahora cómo se relaciona esta característica con el tema que motivo esta líneas, pues resulta obvio, se trata de unidades de producción con esquemas de gestión en los cuales resulta imprescindible la presencia del Estado, tanto para  para su dirección como para asumir los riesgos que pueden acarrear posibles fracasos económicos.
Las nuevas unidades de producción y los nuevos esquemas de gestión no capitalistas que estas deben poner en práctica, suponen una nueva racionalidad que rompa con el estado de comodidad que caracteriza al rentismo y demanda asumir efectivamente nuevas y mayores cuotas de responsabilidad en el destino de estas nuevas experiencias productivas. Los esquemas de gestión de Industrias Diana, de Lácteos los Andes, de CVG, entre otras experiencias, deben ser expresión concreta de un nivel de claridad política y cosmovisión cónsono con los valores y principios que definen al socialismo, donde se debe entender que el desarrollo de todas y cada una de las aristas que supone el hecho productivo dependen del trabajo de cada trabajador o trabajadora, así como el posterior destino de esta producción, en este nuevo esquema de gestión se rompe con las clásicas relaciones técnicas de producción, y en una primera fase seguramente se requerirá de mayores horas de trabajo de cada trabajador, ya que su nueva cuota de responsabilidad va más allá de operar tal o cual maquinaria o cumplir rigurosamente un horario y deberá mantener los mismos niveles de beneficios socio-económicos.
Esta realidad tiene como significante principal la disminución de la cuota de responsabilidad del Estado, tanto en la injerencia en la operatividad de la unidad productiva como y progresivamente en la definición de las líneas de producción, destino de la misma y distribución de las utilidades obtenidas, las cuales sin duda alguna deben traspasar los muros de las unidades de producción (UP) e impactar al mayor número de venezolanos, ya que el nivel de claridad política de los trabajadores debería permitircomprender que la citada UP se enmarca en un nuevo proyecto de país que se intenta construir sobre la base de los valores y principios del socialismo, y en el que no operaran los valores egoístas del capitalismo y la tesis de la falsa democratización de la propiedad.
Igualmente, esta realidad supone un trabajo de planificación de importancia cardinal, a través del cual se logre la mayor eficiencia posible con una progresiva disminución en el tiempo de las jornadas de trabajo, sin embargo, y como contrapartica, los trabajadores deben entender que en este nuevo esquema de gestión y su lucha contra el mesianismo de papa Estado rentista, supone asumir la responsabilidad de todo cuanto ocurra en la UP, es decir, que en caso de perdidas, baja de producción, falta de colocación de la producción, disminución de los precios internacionales, ect, son los trabajadores los que tienen que buscar alternativas para procurar el menor impacto posible a la UP y no acudir al Estado y su renta para que asuma las perdidas, mientras que ellos asumen la distribución de las utilidades.
Lamentablemente estos supuestos no son los que caracterizan los esquemas de gestión de las UP acá citadas, el mesianismo y la otredad son los que mejor explican los fenómenos que en ellos vienen ocurriendo, salvo honrosas  excepciones, la comodidad del rentismo, el cumplir un horario, el no ocuparse más allá de su responsabilidad directa y el tener garantizado con el Estado rentista el quince, el ultimo y la pensión, son los elementos que caracterizan el imaginario de los trabajadores sobre los cuales se materializa el esquema de gestión.
Con la cultura rentista y el mesianismo, como características predominantes de nuestra sociedad, se puede explicar grosso modo lo que ocurre en las nuevas experiencias productivas y más allá, no obstante, para lograr una comprensión más terrenal del fenómeno se hace necesario, cual chef que trabaja con dos ingredientes principales, combinar en la complejidad del hecho social las relaciones e interacciones que existe entre estas y otras características. En este sentido, es en este plano donde logramos comprender la situación de la clase obrera y de su dirigencia, sin duda, no es en el contenido de los discursos donde encontramos las reales motivaciones que moldean sus acciones, sino en el rentismo y el mesianismo, lamentablemente se trata de grupos inoculados por estas características, y cómo no estarlo, que ven en el Estado su fuente de riqueza. Cualquier estudio serio sobre el tema arrojaría pésimas conclusiones al respecto, salvo honrosas excepciones, en el seno de los trabajadores se prefiere seguir operando bajo el amparo del Estado, democratizando las perdidas y privatizando la distribución de las utilidades.
Sin desconocer lo complejo que significa un cambio de cosmovisión, tampoco se trata de esconder la preeminencia de estas características en el imaginario colectivo, sin duda, un gran hombre como el presidente Hugo Chávez se consumió en esta tarea titánica, pero la realidad parece mostrar un fortalecimiento de estas dos características, en ello creo importante mencionar el ejemplo del SENIAT o PDVSA, entre otras, instituciones con naturaleza distinta pero en las cuales sus trabajadores han sido víctimas de la acción de estas características y del resto del enorme aparato hegemónico del sistema, ya que son trabajadores, salvo honrosas excepciones, que dado el musculo financiero que poseen han logrado adquirir estándares de vida de la llamada clase media y han sido absorbidos por los valores y principios capitalistas de este grupo social, no obstante, a pesar de ser la renta petrolera el origen de esta movilidad social, han asimilado la cultura hegemónica del modo de producción capitalista, pero como no hacerlo si no hay razón para no hacerlo.
En este sentido, por ejemplo las pugnas en el seno de la dirigencia sindical y de éstos con los incipientes consejos de trabajadores, no tiene otra explicación que la de los celos naturales por ver quien se lleva la mayor parte en la extracción de la renta, tras el ocultamiento en un discurso que dista muy lejos de sus prácticas. Es el rentismo y el mesianismo, sazonado con una poderosa dosis de egoísmo, lo que explica la situación de conflictividad que actualmente ocurre en estas experiencias de cogestión o control obrero, es un poco de luchemos para abrir la puerta, pero cuando estamos a dentro luchemos para cerrarla y si no es así preguntémonos que dirían los trabajadores si se les consulta ¿están ustedes de acuerdo con disminuir los bonos de productividad para dirigir estos recursos al beneficio de las comunidades donde se encuentran ubicadas las UP?, ¿están ustedes de acuerdo con usar las horas de trabajo que fueron disminuidas en un plan de trabajo diario con las comunidadesdonde se encuentran ubicadas las UP?, ¿están ustedes de acuerdo con frenar un nuevo aumento salarial para incorporar más trabajadores a las UP?, ¿están ustedes de acuerdo con eliminar progresivamente el HCM para fortalecerel sistema público de salud?, ect, ect, ect, etc,
sin duda, esta líneas tendrán muy diversas interpretaciones y muchas de ellas fundadas a partir de una respuesta natural al sentirse aludido, pero más allá de estas interpretaciones, el sentido de estas líneas es hacer reflexionar en torno a lo que está ocurriendo en estas UP y en la revolución en general, si no reconocemos la preeminencia de estas características entonces caemos en su reafirmación, ¿cómo reclamarle a un trabajador de Industrias diana por ejemplo, que históricamente estuvo excluido de la renta y que ahora entro en una UP estatizada altamente productiva, en la que seguramente son muy llamativos los beneficios socio-económicos, que exija que las utilidades se repartan solo entre los trabajadores, que estas se incrementen cada vez más, que se anule cualquier toma de decisiones que ponga en peligro su cuota de renta?, lógicamente el que históricamente esta inoculado por los valores y principios de capitalismo y ha estado excluido, cuando se le incluye quiere cerrar la puerta y asumir la propiedad privada sobre lo que no la tiene.
No se trata de cuestionar a la clase obrera que actualmente tenemos con una argumentación anti-obrerista, ni de fustigar al Estado, se trata de diagnosticar e identificar sin prejuicios cuáles son los aspectos que caracterizan su situación ideológica, y en el caso del Estado se trata de hacer ver su inviabilidad económica en el largo plazo, no se trata de reducir el Estado, todo lo contrario se trata de fortalecerlo en cuanto a sus funciones orientadoras y reguladoras, mas no en su irracional volumen administrativo y de personal, un Estado fuerte y eficiente no es sinónimo de una nómina gigantesca, todo lo contrario una nómina gigantesca es sinónimo de ineficiencia.
En este sentido, lo que actualmente ocurre en las UP acá tratadas, es un resultado lógico que aún no muestra su rostro más capitalista, ya que cuando se tiene un accionar político que parte de una atomización de la complejidad social y en la que se prioriza casi exclusivamente el hecho económico, el resultado lógico en el mediano plazo es que tengamos una clase obrera con una situación de clase antagónica a su posición de clase, es decir, tengamos trabajadores a los que se les ha resulto en gran medidas su precaria situación económica pero que manifiestan una clara racionalidad capitalista. Es en este punto donde el trabajo ideológico debe tener la misma importancia del hecho económico, pero trabajo ideológico como política de la revolución y sin ortodoxias metodológicas, en el que se rompa con ese anquilosado método de escuelas de formación que no forman ni a los formadores.
Sin duda es la variable ideológica la gran ausente en todo este proceso revolucionario, si no logramos atender eficientemente este complejo campo de batalla, más temprano que tarde la revolución terminara capitulando ante el rentismo y el mesianismo capitalista. Estas características resultan completamente antagónicas al socialismo, no puede haber un socialismo rentista, todos y cada uno debemos de asumir nuestra nueva responsabilidad en la construcción de esa nueva realidad social, mientras digerimos esta urgente necesidad el excremento del diablo y la enorme maquinaria ideológica del sistema continúan haciendo su trabajo, segundo a segundo, minuto a minuto y día tras día, recuperemos la autoridad moral que lamentablemente parece haberse borrado de nuestra dirigencia o burocracia alta, media y baja, recuerden la consigna de predicar con el ejemplo y la revolución no se tiene en los labios para vivir de ella, la revolución se lleva en el corazón para morir por ella
Soc. Jesus E. Marcano A.
http://www.aporrea.org

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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