Con este nuevo valor de la leche, los guaros pierden la esperanza de tomarse un café con leche, un Toddy o una avena bien cargada, pues lo consideran exagerado y fuera del alcance de muchos venezolanos.
“A lo que hemos llegado en Venezuela, estar lamentándonos por no poder comprar un kilo de leche, qué tristeza”, expresó Carmen Pérez, una señora que miraba los precios del producto con asombro en un comercio del este de la ciudad.
Pérez asegura que el kilo de leche Torondoy la compró hace mes y medio en 55 mil bolívares, y ahora que cobró la quincena pensaba comprar otro paquete, pero al ver que aumentó al menos un 23 por ciento la devolvió al estante donde decenas de bolsas estaban apiladas. “Me quedaré con las ganas”, dijo.
Comerciantes de tres negocios diferentes dijeron que hace una semana los distribuidores llegaron con la leche a ese precio, y al estar tan caro compraron menos cantidad.
“Yo compré sólo un bulto (de 25 kilos) porque a ese precio no se va a vender mucho. Y si sigue subiendo de precio creo que no compraré más”, dijo el dueño de un supermercado visitado, quien no quiso revelar su identidad.
El comerciante resaltó que aún tiene inventario de la marca Campestre a 62 mil 500 bolívares, pero asegura que ya han sido notificados que vendrá con nuevo precio.
Esperan por CLAP
Aunque no les agrada mucho el sabor de la leche que distribuyen a través de los CLAP, los guaros aseguran que esa es la única manera de tomar alguna bebida láctea preparada en casa, pues es la más asequible para sus bolsillos.
“Tiene un sabor extraño, es como salada y cuando se le echa al café no sabe bien”, dijo Julio Medina, un consultado.
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