En líneas generales hubo consenso entre los dirigentes en reclamar por una baja en los costos, la carga tributaria, la flexiblización del mercado laboral, para que los niveles de rentabilidad vuelvan hacer atractivos y se afiance la inversión a futuro.
Zerbino dedicó gran parte de su exposición a marcar las dificultades del agro, y puso el acento en sectores críticos como el arroz o la lechería, pero también de la ganadería. Según el titular de la ARU la crisis de la lechería llevó a la caída en los niveles de remisión en los últimos 2 años y también el alejamiento de la actividad de muchos productores. De hecho, en un pasaje de su presentación Corallo se preguntó para qué la UTEC está formando técnicos para la cadena láctea si cierran industrias y hay menos productores.
«Los márgenes de las empresas vienen en caída en los distintos sectores del agro, salvo por la soja», comentó el titular de la ARU.
Además, informó que la morosidad en el agro aumentó, lo que «indica una dificultad mayor para hacer frente a los compromisos». Agregó que los créditos otorgados a las empresas alcanzan los US$ 2.331 millones.
«Es posible que el dólar siga planchado hasta las próximas elecciones y eso puede ser un peligro», agregó. «Pido al gobierno que recapacite y fije metas confiables y de largo plazo», indicó en otro pasaje.
También reclamó medidas para mejorar el costo de producción (fundamentalmente a través de las tarifas públicas) y se refirió al gasto del Estado. «El gobierno distribuyó la bonanza en programas sociales, lo que fue oportuno, pero aumentó el tamaño del Estado», culminó Zerbino.