En entrevista con Valor Agregado de Carve, el presidente de la Sociedad de Fomento Rural de la Industria Lechera de Salto (Sofrils), Gustavo Alonso, informó que el arranque de 2018 fue “bastante complicado”. La firma Indulacsa había mantenido hasta fines de 2017 un precio por litro de leche bastante estable y alineada al resto de las industrias que permitía avizorar un panorama de cierta tranquilidad. Sin embargo, en los primeros días de enero la empresa resolvió bajar $ 1 por litro, algo que cayó como un balde de agua fría dentro de los productores. Así con 3,6% de grasa y 3,2% de proteína queda el precio en $ 7,55, aunque a esta altura del año el promedio que reciben los productores de ubica en $ 6,80 por litro.
Por ese motivo fue que una asamblea de la Sofrils resolvió tratar de buscar la forma de “apostar a una industria nacional” para enviar su producción, en vista de los antecedentes que de esta empresa que solamente “apunta a cubrir sus dividendos y no contempla al productor”.
Según supo IT Lechería, la firma sanducera Pili y mantuvo contactos con ese grupo de tamberos en procura de alcanzar un acuerdo comercial. Esta industria está necesitando en forma urgente hacerse de un volumen mayor de materia prima. Si bien alcanzó un acuerdo con el BROU para diferir el pago de sus obligaciones por un año, requiere de una mayor actividad industrial y más leche para su nueva planta. La posibilidad de un façon con Conaprole quedó stand by por el momento porque cayó la remisión de leche en todo el país, y la cooperativa tiene negocios más atractivos con leches en polvo que con queso de tipo mozzarella como el que podría procesarle Pili, explicaron los informantes.
El departamento de Salto ha perdidos a muchos tamberos como consecuencia de los magros precios que han recibido por parte de Lactalis en los últimos tres años. Actualmente, hay unos 54 tambos en Salto, de los cuales unos 25 remiten a Indulacsa.