Una rebaja en el precio del gasoil de entre $ 3 y $ 5 por litro como maneja el gobierno sería bienvenida como toda medida que contribuya a bajar los costos, pero resulta insuficiente para el sector productivo en diferentes área, destacaron varias fuentes consultadas por El Observador.
El presidente de la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, destacó que si se concreta una rebaja de esa naturaleza para el sector arrocero resulta una medida insuficiente para la expectativa que se había generado entre los productores y para la necesidad que tiene este sector de la producción.
Expresó que ojalá sea parte de un cronograma de rebajas que pueda de alguna manera contemplar las necesidades totales que tienen los arroceros, por lo cual «no queremos ser apresurado en emitir una opinión sin conocer el contexto general de lo que se está manejando a nivel oficial. La ACA desde enero pasado viene alertando al gobierno acerca de esta problemática».
Según los números que maneja la gremial arrocera, un precio viable para este sector sería llegar lo más próximo posible a la paridad de importación, que se encuentra ahora en $ 28 el litro.
Lago dijo que también están a la expectativa de una rebaja en las tarifas de energía eléctrica, como a ocurrido en otros sectores, pero que hasta el momento no se ha logrado ese beneficio.
Por otra parte, el vicepresidente de la Federación Rural (FR), Miguel Sanguinetti, consideró que se trata de una señal positiva rebajar el precio actual en alrededor de 10% y será más importante si está encuadrada dentro de una política de darle al sector productivo un insumo de acuerdo a los precios de la región. Esto podría generar condiciones para amortiguar el aumento de costos fijos, por ejemplo de la Contribución Inmobiliaria Rural como se menciona en estos días, luego de haber subido 33% a principios de este año.
El dirigente ruralista sostuvo que el gasoil tendría que tener un precio en Uruguay de alrededor de $ 32 por litro, comparando las tarifas de la región, «pero (la rebaja) es una señal y la vemos positiva».
Rebajas bienvenidas
Fernando Valverde, presidente de la Intergremial de Productores de Leche (IPL), dijo que toda rebaja, ya sea de tarifas de UTE o de los combustibles, «es bienvenida. Sin embargo, esto no va a cambiar el contenido de los reclamos del sector lechero que resulta el gran tema de fondo».
Recordó un reclamo de incremento de 3% a 6% en los reintegros de exportación de lácteos, así como también que el gobierno se haga cargo de los US$ 39 millones que le debe Venezuela a Conaprole.
Por otra parte, según el informe Paridad de Precios de Importación que divulga la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), existe una brecha de 47,2% entre el gasoil importado y el que se vende al público en un surtidor.
Cuando el combustible se compra en el exterior tiene un precio teórico de $ 28,4 por litro en surtidor frente a los $ 41,80 que pautó ANCAP en su último ajuste de enero pasado. Además, según un estudio de la consultora SEG Ingeniería, Uruguay tiene el gasoil más caro de la región. El precio manejado de mayo pasado es de US$ 1,49 por litro en Uruguay, frente a US$ 0,95 en Brasil; US$ 0,74 en Chile; y US$ 1,06 en Argentina.
Fijación de precios poco clara
La consultora CPA Ferrere consideró que «la determinación de los precios de los combustibles en Uruguay no ha estado orientada por criterios de eficiencia productiva o de bienestar de los consumidores». En ese sentido, consideró que «la fijación de precios es poco transparente, es producto de las características institucionales de las empresas públicas y ha sido históricamente funcional a otros objetivos como la estabilidad macroeconómica o el cumplimiento de objetivos estratégicos de las empresas públicas».
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