Desde que en setiembre se delineó el acuerdo entre los gobiernos de Uruguay y Venezuela mediante el cual se crearía un fideicomiso para el pago de exportaciones al país caribeño, este volvió a focalizar las exportaciones uruguayas de lácteos.
A partir de la segunda quincena de setiembre —varias semanas antes de que estuviese el dinero en el Bandes— Conaprole comenzó a enviar partidas de leche en polvo y desde fines de octubre, Pili, Claldy y Calcar, iniciaron las ventas de quesos. Hasta el martes pasado, iban enviadas, de acuerdo a las solicitudes de exportación ingresadas en Aduanas, 20 mil toneladas de leche en polvo por un valor de US$ 75 millones y 3.275 toneladas de quesos por US$ 16,8 millones. Hasta el momento, a destino han llegado 8 mil toneladas de leche en polvo entera, con un viaje que demora en el entorno de los 30 días.
En total, suman exportaciones por US$ 91,7 millones, muy por encima de la primera partida que ingresó al Bandes, que fue de US$ 50 millones.
Venezuela nuevamente concentra el grueso de las importaciones uruguayas de lácteos, con el riesgo implícito que tiene el hecho de que se trata de un país que atraviesa por una grave crisis económica. Luego de no haber llevado un solo kilo del producto en el mes de agosto (en el cual Uruguay exportó lácteos por más de US$ 34 millones), en noviembre las solicitudes de exportación al país caribeño acumulan US$ 27,2 millones, 69% de los US$ 39,5 millones exportados.
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