El quesero participa “en todos los procesos” productivos y, al realizar la cuenta final, “en términos generales se podría decir que queda un 10% más por litro de leche producida que si remitiera la leche” a una industria, agregó en El Mercado Agropecuario.
El “principal” sistema de comercialización es operar “a través de intermediarios” que se encargan de la distribución y así llega el queso a los consumidores, señaló.
Existe “un grupo de productores que elaboran un producto que en realidad es materia prima para reprocesar, para hacer quesos fundidos, queso para feta que le llaman, que es una cuajada, y es un queso con mucho menos procesamiento, digamos, que no va al consumidor final” directamente, detalló.
Gugelmeier -ex secretario ejecutivo de la Asociación del Queso Artesanal, entidad de la que continúa siendo socio y colaborador- calificó estas modalidades como las “dos grandes líneas de trabajo” en materia de producción y comercialización.
Manifestó que también hay queseros artesanales que transportan parte de su producción a un comercio y, así, “evitan la intermediación”.
“Ahí logran mejorar el valor, verdad? Pero no es la mayoría de los productores que pueden hacer eso. Algunos lo están haciendo, pero no todos lo pueden hacer”, reflexionó en Carve el Ing. Agr. Walter Gugelmeier.
Los quesos artesanales se elaboran con leche cruda, no tienen agregados “de cosas extrañas” y en ellos se aprovechan las bacterias beneficiosas que forman parte de la leche natural, indicó.
En la pasteurización “uno mata las bacterias malas pero también mata las buenas”, advirtió.