Entre 2003 y 2010 los lobbys estadounidenses del sector lácteo compraron y llevaron al matadero a más de 500.000 vacas con el único objetivo de aumentar los precios de la leche. Ante el escándalo, el grupo en defensa de los derechos animales Compassion Against Killing llevó al juzgado una demanda colectiva contra los lobistas de la National Milk Producers.
Fueron ellos quienes ejercieron presión enviando a una ramificación suya, la Cooperatives Working Together, para que compraran rebaños enteros de vacas lecheras a los granjeros. Y esas vacas luego llegaron al supermercado en forma de carne.
Con ese movimiento, los lobbys crearon de manera artificial una escasez de leche y de sus productos derivados, por lo que los precios de todos los lácteos se incrementaron. Sin embargo, los demandantes solamente han podido acusarlos de haber fijado un precio y no por convertir en hamburguesas a vacas que no estaban destinadas a ese fin, ya que esto último sí es legal.
El grupo animalista cantó victoria en 2016 y los grandes productores de leche estadounidenses serán forzados a pagar 52 millones de dólares a los estadounidenses que compraron sus productos con precios hinchados de forma ilegal ya que contravinieron las leyes antimonopolios del país.
Lo que parecía imposible se logró con la primera gran victoria en los tribunales: Animalistas 1 – Lobby de la Leche 0.
Se consideran afectados aquellos que desde 2003 hasta hoy compraron “leche o productos lácteos como crema, leche semidesnatada, queso crema, crema agria y queso fresco” y que residían en Arizona, California, Distrito de Columbia, Kansas, Massachussets, Michigan, Missouri, Nebraska, Nevada, New Hampshire, Oregon, Dakota del Sur, Tennessee, Vermont, West Virginia y Wisconsin.
Todos ellos han podido firmar la demanda colectiva hasta el 31 de enero, sin tener que presentar ningún documento que lo pruebe, y recibirán entre 5 y 15 dólares de compensación.
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