En su informe anual, la Dirección de Estudios Agroeconómicos de la Asociación Rural del Uruguay (DEA), señala que “el análisis de los márgenes del sector agropecuario en los diferentes rubros determina que los resultados económicos futuros quedan muy condicionados” en un contexto de “caída de precios de los productos a nivel internacional, las dificultades internas para una mejor inserción internacional vía acuerdos bilaterales; pero particularmente debido a los altos costos internos generados por un marcado aumento del costo del Estado que se traslada a las tarifas públicas”.
En ese sentido el análisis destaca que si bien las variaciones del tipo de cambio nominal “han sido importantes”, analistas privados consultados por el Banco Central prevén un ritmo más “pronunciado de variación de la moneda”, proyectando que para finales de 2016 el dólar cotice a $ 34 en Uruguay. Por su parte, “la competitividad medida a través del Tipo de cambio real, está en los niveles más bajos desde finales de 1982, con el agravante de que en ese período, la caída del indicador fue de corto plazo, mientras que el deterioro actual lleva varios años”, agrega el informe.
Más allá del Tipo de cambio real como indicador de pérdida de competitividad de los últimos años, los costos “de energía eléctrica y combustibles se asume con precios que están muy por encima de los de la región”, agrega. Tomando como ejemplo el precio de la energía eléctrica residencial los precios en Uruguay son un 32 % más caros que en Brasil y 33 % más que en Chile. En el caso de los combustibles, la situación del gasoil es más preocupante, “en Uruguay el gasoil se cobra 4 % más que en Argentina, 66 % más que en Brasil y 87 % más que en Chile”, explica el análisis de la gremial.
En ese sentido, con la estructura de costos generada, sin tener en cuenta los pagos de renta, se observa que claramente las producciones agropecuarias del Uruguay continuaron perdiendo terreno, lo que en algunos casos, fue solapado por el tipo de cambio, pero sin cambiar significativamente la ecuación.
En el caso de los cultivos se analizaron los márgenes medidos en dólares corrientes por hectárea de una producción de soja con un rendimiento de 2.500 kg/ha, mientras que en el trigo el rendimiento es de 3.000 kg/ha. Los precios actuales determinaron que en el último año, la soja perdiera un 30 % en los márgenes en términos corrientes, mientras que en el trigo fue del 90 %. “Un dato aún más preocupante es que estos márgenes tampoco consideran el pago de renta”, advierte el informe.
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