La Asociación de Ganaderos del Táchira denunció que debido a la restricción del paso en la frontera, se han generado otros controles informales, que impiden el ingreso de alimentos concentrados, atentando contra la producción regional de leche y carne.
Luis Hernández Guanipa, presidente de Asogata, explicó que el efecto de cierre en la frontera, se siente en las alcabalas, donde el supuesto soborno de los efectivos militares hace que cada gandola pague entre 500 y 2 mil bolívares por la movilización de alimentos concentrados y ganado, pese a tener todos los documentos en regla.
“Nosotros tenemos limitaciones para trasladar el alimento concentrado, para trasladar el silo que se produce en nuestros estados, para trasladar el heno en otras regiones de mayor sequia (…) las restricciones son demasiado fuertes y cada vez más nosotros tenemos pocas posibilidades de poder pasar libremente con nuestros productos”, añadió Hernández Guanipa.
También pidió al Gobierno nacional revisar esta situación ya que al tener una ganadería con deficiencias de alimentación, la producción de leche y carne no responderá a la demanda.
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