Uruguay: Una carrera global

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Es difícil imaginar dos países más distantes del nuestro que Australia y China. Sin embargo, el anuncio de que los dos se pusieron de acuerdo para suscribir un tratado de libre comercio es un acontecimiento importante para los exportadores uruguayos. Por varios motivos.
Desde el punto de vista de Australia, el acuerdo completa una estrategia de largo plazo para consolidar las relaciones con los principales mercados en el extranjero para sus productos agropecuarios. El futuro tratado con China complementará los que ese país ya tiene con Corea (suscrito en abril de este año) y Japón (suscrito en julio). Como resultado, cuando entre en vigencia el acuerdo con China, los australianos tendrán acuerdos de libre comercio que abarcan más del 61% de sus exportaciones de bienes.
El futuro acuerdo con China determinará que, en una primera etapa, el 85% de las exportaciones de bienes de Australia entren a ese país sin pagar impuestos aduaneros. Aquella proporción aumentará al 93% en cuatro años (en la actualidad algunos de esos productos tienen tarifas de hasta el 40%). El ministro de comercio australiano proclamó que China eliminará las tarifas para las exportaciones de productos lácteos, carne vacuna y ovina, cereales, productos de la granja, vino y productos pesqueros.
Los australianos no son los únicos que se han embarcado en esta estrategia de consolidar mercados mediante el procedimiento de firmar acuerdos de libre comercio. El caso de Chile es bien conocido. Parecería, entonces, que ante las dificultades que existen para negociar acuerdos multilaterales, los países inteligentes avanzan en la formulación de acuerdos bilaterales. De esta manera construyen espacios económicos con aranceles bajos o sin ellos, para su comercio exterior.
Ese proceso apareja muchas consecuencias (especialmente para los países que se han embarcado en políticas de aislamiento, como el caso del Mercosur, más propias de la década de 1950 que del nuevo siglo).
Una de esas consecuencias es que, a medida que se reducen los aranceles y otras barreras de papel al comercio bilateral, aumenta la importancia de otros factores que dificultan el comercio internacional. Que, por mucho tiempo, continuará realizándose por vía marítima.
Una de las principales fuerzas que impulsan la globalización son los avances en los sistemas de transporte marítimo, especialmente el transporte intermodal fundado en el empleo del contenedor. Un estudio de CEPAL concluye que la difusión de la tecnología del contenedor ha tenido un impacto aún más importante que la negociación de tratados de libre comercio en el desarrollo del comercio mundial.
Para tener una idea: el movimiento portuario mundial de contenedores aumentó de 84 millones de TEU en el año 1990 a 602 millones en el 2012. El Puerto de Montevideo no ha estado al margen de ese proceso: su movimiento de contenedores pasó de 64.286 TEU en 1990 a 826.962 TEU en el 2013.
Globalización significa que los exportadores de lácteos uruguayos deben competir con los de Australia o Nueva Zelanda. También quiere decir que los competidores del Puerto de Montevideo no son solamente Río Grande o Buenos Aires, sino también los puertos de Australia, Nueva Zelanda o de cualquier otro país que exporte productos que compitan con los nuestros en cualquier lugar del planeta.
Juan Oribe Stemmer
Especialista en Derecho del Mar y apasionado de la historia.
http://www.elpais.com.uy

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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