En un verano con clima de características tropicales, en los tambos se pasó de una situación de caída de la producción a consecuencia de los intensos calores y hasta temor de muerte de animales por stress calórico, a problemas de manejo típicos del invierno. Se conocieron casos de vacas que murieron mientras caminaban con el lote, durante los días de más altas temperaturas de diciembre y enero. También hubo mortandad de terneros. Pero jornadas después, las lluvias tan esperadas en verano, comenzaron a tornarse un problema.
Hay zonas donde en el transcurso de enero llovió más de 400 milímetros, registrados por institutos de investigación próximo a Montevideo. Pero en el interior hay otros ejemplos más contundentes sobre el exceso de estas lluvias veraniegas. El asesor de la Asociación Nacional de Productores de Leche, Ing. Agr. Daniel Zorrilla, indicó ayer que todavía no hay severos problemas productivos. Sí de manejo, daños a la infraestructura, caminería, así como la imposibilidad de aprovechar las pasturas en su mejor momento. La primera dificultad típica de los tambos es el barro, que llega asociado al temor por el surgimiento de mastitis y enfermedades podales. Hay importantes pérdidas por daños a la caminería, hacia adentro de los establecimientos y hacia afuera, por las roturas de las vías departamentales, en las que se produjeron muchas roturas, aún en aquellos departamentos que se caracterizan por su buena infraestructura para el transporte en las zonas rurales. También hay pérdidas de alambrados y otras infraestructuras.
Zorrilla indicó que hay productores que pese a la falta de piso están pastoreando los sorgos, que se mostraban en condiciones excepcionales, porque en esta época comienzan a “encañarse” y pierden rápidamente la calidad, a riesgo de romper mucho los suelos. También advirtió sobre el problema capaz de generar el vuelco de las alfalfas que se muestran soberbias en este momento. Si se vuelcan y pisotea seguramente será un material que contendrá hongos extremadamente tóxicos cuando los animales lo consuman meses más adelante.
Los tamberos que no toman este riesgo están utilizando las reservas realizadas para el inverno —fardos y silopac— y otros complementan con raciones hasta que puedan volver los lotes a las pasturas.
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