¿Qué va a pasar en los próximos 20 años en el mercado de los lácteos? Esa fue la pregunta que se planteó el gerente general de Conaprole, Ruben Núñez, durante su disertación en el Primer Foro de Producción Lechera (Foprole). Bajó el título 2033, Núñez fue enfático al asegurar, al inicio de su presentación, que “quien tenga un tambo hoy, tiene un enorme valor a capturar en los próximos 20 años; tiene un futuro promisorio”.
Núñez se refirió a la evolución del precio internacional de la leche en polvo entera (LPE) que, por un lado, duplicó su nivel, al pasar de unos US$ 1.800 por tonelada a US$ 3.600 y, por otro, elevó fuertemente la volatilidad. Habló de la evolución de los precios en W, algo que dijo era previsible, y que Conaprole toma acciones para disminuir riesgos vinculados con esta volatilidad, mediante fondos de estabilización y también mediante la participación dentro del mercado interno. “Nos tenemos que acostumbrar” a la volatilidad, expresó.
El gerente general de la cooperativa mencionó tres “pilares” en los que se “apoya” Conaprole: incorporación de talentos, incorporación de tecnología y sistemas de información. Dijo que Conaprole tiene un foco muy fuerte en la producción y un “obsesivo cumplimiento del desarrollo de los tres pilares”.
La visión optimista sobre el futuro de los mercados lácteos se basa fundamentalmente en las expectativas de incremento de la demanda, y este aumento se dará fundamentalmente en Asia. Todos los años se agregan 75 millones de personas, en un mundo cada vez más urbano y con creciente poder adquisitivo. Núñez recordó que a partir de 2015 China habilitará la posibilidad de tener más den dos hijos, lo que elevará la demanda desde esa región del mundo. “La gran demanda va a estar en Asia”, enfatizó. Además, se proyecta que en 2030 el 56% de la población mundial será de clase media, con un incremento de su poder adquisitivo respecto a la situación actual.
“Todo el esquema de la demanda apunta a un crecimiento fenomenal en las próximas década”, manifestó con énfasis el gerente.
De todas maneras, se refirió a una “señal de advertencia”, que es que en la actualidad el precio de la LPE en el mercado internacional es similar a los costos de producción en China, lo que posiblemente aliente un crecimiento en la producción de ese país.
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