Nueva Zelanda desde adentro
Por ing. agr. Alfredo Adler
La sequía vuelve a complicar regiones de Nueva Zelanda
Continúa la sequía en la región neozelandesa de Waikato, donde algunos de los tambos —los que usan menor cantidad de suplementos comprados—están empezando a secar las vacas. Aproximadamente la mitad de los cultivos de maíz ya están cosechados y hechos silo, con lo cual muchos tambos seguirán haciendo frente a la sequía esperando aprovechar el crecimiento de pasto otoñal.
La sequía es intensa pero mucho más localizada que la del año pasado, afectando solo las regiones de Waikato y Northland, donde el contenido de agua de los suelos es de unos 50 mm por debajo de lo habitual para esta época del año. Muchas de las zonas del país han recibido buenas lluvias y la producción de leche está en general bastante por encima de la del año pasado; de hecho, los 60 mm de lluvia de la semana pasada en Canterbury han retrasado las últimas cosechas de trigo y raigrás.
El precio que pagará Fonterra a sus productores será récord
Fonterra anuncio un aumento de NZ$ 0,35 del precio esperado para la leche de esta zafra, pasando de NZ$ 8,30 a NZ$ 8,65 por kilo de sólidos lácteos. Este precio se convirtió en un nuevo record, ya que al actualizar por inflación, el precio recibido en la zafra 2007-08, de NZ$ 7,67, llega a NZ$ 8.51 por kg. El flujo de caja de los tamberos también se verá beneficiado ya que el adelanto de la leche de marzo a junio será 25 centavos más alto que el pago anterior.
Pero los pronósticos de precio son solo eso; el precio de los tambos cayó 2,9% en los tres meses a enero de este año, mientras que los precios en zonas que venían al alza, como Canterbury, parecen haber alcanzado un techo.
Imponen restricciones a lixiviación de nitrógeno en tambos
En Canterbury el organismo que vela por la salud del medio ambiente, el Environment Canterbury (ECan), impuso restricciones para la lixiviación de nitrógeno de los campos incluyendo los tambos. En grandes zonas que contienen la mayoría de los tambos, la lixiviación de nitrógeno no puede superar un nivel base, que se definió que sea el promedio de los últimos 4 años. El nitrógeno lixiviado no será medido, por supuesto, sino que se va a estimar usando el modelo de balance de nutrientes Overseer.
Además, a partir de 2017 los productores tendrán que obtener de ese organismo un consentimiento de recursos para poder llevar adelante su actividad.
Las zonas más vulnerables tendrán que reducir el nitrógeno lixiviado. Se estima que van a exigir hasta 30% de reducción a los tambos, mientras que en otras zonas se permitirá un pequeño aumento de la carga de nitrógeno.
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