La remisión de leche a plantas de Conaprole cayó 300.000 litros por día.
Las precipitaciones que están afectando la producción lechera coinciden con el período en que se secan las vacas en producción con vistas a sus próximas lactancias, lo que ha provocado que en los últimos días cayeran las remisiones diarias en unos 300.000 litros.
Esta situación, planteada por los productores porque genera mayores costos de producción, fue atendida por Conaprole, que dispuso aumentar 8% la bonificación en el precio de la leche que paga a los tamberos, elevando el precio por kilo de grasa remitido de $ 140 a $ 147.
De esa forma, a la bonificación de primavera de 8% vigente desde octubre pasado se le suma ahora la de verano, con otro 8%, informó a El Observador el director de la cooperativa, Wilson Cabrera.
El precio promedio por litro al productor, que actualmente se ubica en alrededor de $ 9,50, se incrementará aproximadamente en $ 0,40 por litro. La bonificación tendrá vigencia por lo menos durante los meses de enero y febrero.
La caída en las remisiones lecheras a Conaprole se estimó en 50.000 litros semanales, ubicándose en 3,3 millones de litros diarios frente a los 3,6 millones de mediados de enero.
“Lo que ocurre es que tiene que parar de llover para poder saber las condiciones de producción en que queda el sector, porque están muy saturados de agua los suelos y las raíces de las pasturas son afectadas por hongos. Una vez que se interrumpan las precipitaciones en una semana se podrá ver si se normaliza, como se espera. Y que sea rápidamente”.
El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL), Eduardo Viera, dijo a El Observador que las lluvias que han impactado en una menor remisión de leche a plantas industriales ha coincidido en esta época del año con la menor cantidad de vacas que están en ordeñe y que se secan con vistas a la temporada de pariciones.
Esta combinación de factores había representado para los productores una suba en los costos de producción, por lo cual se planteó esa situación a Conaprole, que atendió la solicitud con el incremento de la bonificación señalado anteriormente.
Viera explicó que los animales están en el barro como si estuvieran en un invierno lluvioso. Las lluvias registradas a diario y abundantes afectan los cultivos, hay problemas sanitarios por invasión de lagartas, productores que no pueden echar las vacas a pastorear porque no hay “piso” (hay que evitar que los animales destrocen las praderas) y hay que optar por las praderas de menor calidad.
El dirigente agregó que por suerte el sector tiene una oferta de pasturas muy buena para hacer reservas, pero con esta adversidad climática no se puede cortar una alfalfa por ejemplo porque no permite ensilar.
Las alfalfas están totalmente anegadas y los sorgos tampoco se pueden pastorear. Por lo tanto, más que un beneficio, como fue al principio del actual período de lluvias, se está transformando en un problema.
Además, preocupa que precisamente falten después las lluvias en un momento decisivo como es la instalación de siembras de verdeos en los meses de marzo y abril, explicó Viera.
La producción de soja en peligro
El exceso de agua en las chacras tapa los poros de la tierra e impide la entrada de oxígeno a las raíses de las plantas de soja, lo que le quita potencial de rendimiento. Esta situación se percibe al ver que el cultivo está con un color más amarillento. La soja podría resistir esta situación apenas una semana o 10 días y después se muere, según explicó a El Observador el ingeniero agrónomo Carlos Dalmás, de ADP.
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