En entrevista con IT Lechería el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo Izaguirre, dijo que el país debe aprovecha la imagen de seguridad alimentaria de sus productos para ganar competitividad sobre otros mercados. Reconoció que al tambero se le hace difícil “ahorrar” porque continuamente reinvierte sus ganancias. Además, consideró que el Plan de Uso y Manejo de Suelos “acercará” al productor a vincularse más con la agricultura, así como a competir por el arrendamiento de tierras.
¿Qué objetivos se puso al asumir la presidencia del Inale?
Básicamente que el sector crezca en volumen de remisión con fortalecimiento de la calidad. Esto con el mayor de aporte de recursos humanos. Hay una cultura en la lechería familiar que es una formación de valores en la producción. Ese es un valor que tiene el país y que debemos preservar. Nos preocupa mucho. Esto está directamente vinculado con el acceso a la tierra. La lechería tiene menos de 50% de tierras bajo su propiedad. Paulatinamente ha ido disminuyendo el área destinada a lechería, pero creció la producción prácticamente a un ritmo de 5% por año. También han disminuido los productores que remiten. Es un fenómeno mundial, pero su intensidad varía de acuerdo a las políticas que adopta cada país. Hoy Nueva Zelanda es el país que tiene la menor tasa de desaparición de productores, con un 1% anual. Uruguay está entre 1,5% a 2% anual. Las condiciones de los suelos hoy nos llevan a tener una cultura basada en las pasturas, que nos permite competir con países que tienen los ganados estabulados. Por eso en los momentos malos de precios, quizás no tenemos ganancias pero nos permite sobrevivir, sabiendo que es muy difícil que alguien produzca más barato que Uruguay.
El otro aspecto es la calidad. En lo que refiere a seguridad alimentaria, que se sepa que el país no utiliza hormonas, que la toxina en los alimentos está controlada, que el antibiótico está regido por normas que impiden el consumo humano, además de una serie de condiciones naturales para la producción, creo que es una riqueza que podemos aprovechar. Esto es clave para tener un valor agregado en la producción a futuro. Sabemos que lo ocurrido con la melamina en China o el caso de botulismo de Nueva Zelanda, rápidamente impactaron en el consumo. Por tanto, debemos de cuidar todas las condiciones de calidad.
Hoy por hoy 66% de la leche del país la procesa una industria (Conaprole) que tiene sus controles y busca aplicar una tecnología que trata de atender estas exigencias. La apuesta debe ser a instrumentar este tipo de política en todas las industrias para ser más competitivos. Ahora con el avance de las tecnologías de la comunicación, cualquier insuceso que tengamos internamente puede afectar la imagen de todos.
Hace varios meses que los precios de los lácteos a nivel internacional están bastante por encima de la media histórica. Sin embargo, la rentabilidad es uno de los temas que preocupa a muchos tamberos. ¿El Inale está trabajando sobre este tema?
El Inale cuenta con una Unidad de Estudios Económicos con la cual estamos participando o concurriendo a distintos foros que discuten sobre la rentabilidad. Sin dudas que el peso de los costos en los productores familiares es importante. Prácticamente consume lo mismo una familia de un productor familiar que trabaja exclusivamente en el predio que un gran productor. Los costos de mantenimiento de la familia hacen que en determinado momento el productor quede con muy pocos ingresos para sobrevivir. Ahí se entra a plantear si le da de comer a las vacas o come él. Hemos analizado este problema con productores con muy poca superficie y otros con extensiones medianas. También los tenemos clasificados por remisión. Precisamente, la remisión es la gran limitante. En la medida que uno produzca pocos litros los márgenes son menores. Y de repente no pasa por la superficie sino por la tecnología que pudo adoptar, o por la capacidad individual, que abarca desde la formación hasta su edad.
Respecto a la superficie, se pueden encontrar tamberos con áreas elevadas pero que tienen ingresos bajos. Pero en la vereda opuesta, están los que con50 hectáreas, riego y agregado de tecnología, tienen ingresos interesantes. En la lechería lo que interesa es que tanto el propietario como el que trabaja cuenten con condiciones dignas. Para que la muchachada que vive bien en el establecimiento pueda volver y hacerse cargo del mismo. El muchacho que la pasó mal se va a retirar del sector.
Algunos economistas y expertos recomiendan ahorrar en la época de bonanza para cuando vienen las vacas flacas. Sin embargo, a un tambero se le hace difícil ahorrar y cuando viene una crisis algunos quedan por el camino.
El componente de ahorro es bajo y le diría más: hay una capacidad de endeudamiento alto. De los márgenes que le quedan al productor en los casos de mayor rentabilidad, uno encuentra que el porcentaje de reinversión en el establecimiento es muy importante y continuamente está apostando a más. No está sacando de esos ingresos para otro fin que no sea mejorar el desempeño de su producción, desde una nueva sala de ordeñe con mayor tecnología, playas de alimentación para el rodeo, tanques de frío de mayor capacidad. Es un proceso de continuo avance. Esto es lo que ha llevado a que la producción por hectárea sea la explicación del crecimiento de la remisión y no contar con una mayor superficie destinada a la lechería.
¿Tiene una estimación de cuánto puede crecer la remisión este año?
Pensamos que va a estar en torno a 5%. En este aspecto el clima pesa mucho. Esta primavera por ahora viene bien, pese a que en la primera parte del año durante algunos meses no logramos superar los niveles de remisión de 2012. Los sistemas productivos cada vez han ido apostando a asegurar reservas para más de un año. Esto de alguna manera permite sortear con mayores éxitos las caídas de precios que siempre vienen, o también situaciones climáticas adversas. Es como contar con una especie de “seguro”. El riego también es una alternativa para no quedar tan expuesto al clima.
¿Qué acciones se han tomado para fomentar el riego?
El Inale se ha sumado a cuanto proyecto (de financiamiento) para estudiar los resultados. Cuandola DirecciónNacionalde Desarrollo Rural (MGAP) ofreció sistemas de riegos ala ANPL, acordamos realizar un sistema de seguimiento de los resultados que dan esas empresas que están implementando riego. Queremos ver qué sucede con una alfalfa que está continuamente regándose y qué resultado tiene la relación costo/beneficio. Con respecto a los campos de recría en conjunto o la utilización de una reserva de agua multipredial, es algo que intentamos seguir para evaluar sus resultados. La ventaja que tenemos los productores lecheros es que no competimos entre nosotros. Por eso cada uno pone a disposición del resto su experiencia para sacar conclusiones.
¿Con los márgenes que tiene hoy la lechería, puede pensar en quebrar la tendencia y recuperar la superficie que la soja la quitó en su momento?
Creo que con el Plan de Uso y Manejo de Suelos —después la realidad me dirá si tengo razón o no— el agricultor va a tener que plantar más sorgo o pasturas con praderas. En esa cadena, de repente el pago de renta puede ser un poco menor o ser más cauteloso. Ahí el tambero puede arrimarse para arrendar más superficie y, por otro lado, puede aprovechar esos granos que dejará la agricultura. Cuando se hace soja no tenemos muchas posibilidades de vincularnos con la agricultura; sin embargo, con el sorgo se puede establecer un acuerdo con al agricultor para hacer un silo. Creemos que el productor va a ser competitivo para al arrendamiento de tierras, no así en la compra. Hoy los valores de la tierra hacen prácticamente inaccesible para los productores acceder a más superficie con su producción. Y más con otros usos que en departamentos como Colonia se le está dando a la tierra, más vinculados al turismo.
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