Avanza la implementación del Fideicomiso de Tierras para la Lechería y los tamberos se juegan a que se convierta en una salida que posibilite mantener el crecimiento que tuvo el sector en los últimos años. No será para todos los productores.
El Fideicomiso de Tierras para la lechería uruguaya ya es un hecho y está en sus últimas etapas. Esta semana, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, hizo una puesta a punto de las acciones impulsadas desde el Ejecutivo para lograr una pronta puesta en marcha de esta herramienta.
Las autoridades de la secretaría de Estado propusieron a Fucrea como operador del citado fideicomiso y el estudio CPA Ferrer está abocado a su diseño.
Según dijo a El País Martín Lindholm, directivo de la Intergremial de Productores de Leche, una de las instituciones -junto con la Asociación Nacional de Productores de Leche- que se reunieron con el titular del MGAP esta semana, «parece ser que hay mucho interés de los inversores de que empiece a funcionar». El gremialista destacó esta herramienta como una de las alternativas que tiene el sector para continuar por el camino del crecimiento que emprendió en los últimos años. El fideicomiso comprará hasta unas 30.000 hectáreas por año, pero entre los temas a definir se encuentra la renta, que correspondería a un porcentaje del de la tierra, que aún no está definido.
Operador.
Por su parte, el presidente de Fucrea, Romeo Volonté dijo que el rol del operador es, entre otros, asesorar al administrador del fideicomiso, evaluar las ofertas de campo, estudiar la aptitud lechera de esa tierra y recomendar su compra o no, dependiendo de cada caso.
Volonté dijo además que el operador también recibirá las solicitudes de los productores que cumplan con los requisitos y puedan participar en el fideicomiso.
«Lo que se hará es evaluar a los productores, basados en una documentación que todavía se está armando. Fucrea será quien estudie la viabilidad técnica de esos productores», destacó Volonté.
El fideicomiso estará destinado a productores que ya estén en el negocio de la lechería, en principio que tengan más de 3 años de actividad, que estén relacionados con una industria y luego que tengan buenos niveles de productividad por hectárea. De este modo se asegura que esos productores que cuentan con un buen nivel tecnológico, pero que no pueden acceder a la tierra por el gran avance de la agricultura granelera, puedan crecer y tengan una buena capacidad de repago. En estos aspectos, según Volonté, «hay cosas a definir».
Mientras tanto el sector lechero sigue apostando a crecer, aumenta la productividad de leche por hectárea, invierte y se tecnifica cada vez más.
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