El precio de la leche en polvo ha avanzado de forma más marcada que el resto de los productos lácteos, que no disfrutan de esa bonanza; diversificar la oferta y asociarse están en el menú de opcionesNo es oro todo lo que reluce. O polvo. El fuerte ascenso en los precios de la leche en polvo fue el principal motor para el buen momento que se ve en la lechería. Que se vio acompañado por mayor remisión, inversión en equipos y en ración gracias a una relación récord entre el litro de leche y el kilo de grano.
Pero no todas las empresas del sector están disfrutando de la bonanza generada por el producto estrella. Y es así que –detrás de los titulares de precios y remisiones récord– hay otras realidades en el pujante sector lechero.
Entre los industriales y funcionarios se manejan alternativas para este fenómeno básicamente a través de asociaciones y una diversificación de la oferta. Sin embargo, se advierte sobre el peligro de una sobre oferta de leche en polvo que pueda ser contraproducente en el futuro si se ajustan las relaciones de precios.
En las últimas subastas de la plataforma de Global Dairy Trade –en la que es predominante la oferta de Fonterra– se dieron ajustes en los precios que se mantuvieron dentro de niveles históricamente altos.
En la del 7 de enero los contratos para le leche en polvo entera cerraron mayoritariamente algo por debajo de los US$ 5.000 por tonelada. En la leche en polvo entera se dio la primera caída tras cinco alzas consecutivas. Las principales industrias que producen leche en polvo –con Conaprole a la cabeza– han cerrado contratos de exportación a futuro aprovechando la firmeza esperada en los valores internacionales. Es así que la cooperativa ha mejorado el premio por precios internacionales y a fin de año aprobó una reliquidación por la leche remitida entre agosto y diciembre.
El empuje de la leche en polvo y los altos márgenes abrió una brecha entre lo que están dentro del negocio y los que no. Por lo bajo se comenta que algunas industrias focalizadas en la producción de quesos están con números rojos. Si bien no hay una política agresiva de Conaprole por quedarse con más productores, está claro que este proceso asimétrico genera un peligro de concentración.
Dentro del Instituto Nacional de la Leche (Inale) el tema está siendo manejado y analizado. No hay una respuesta ante una realidad de mercado que, en definitiva, puede variar. Lo que sí se trata de promover o acompañar son procesos asociativos de empresas para entrar al mercado de leche en polvo para vender directamente o a façón a las principales industrias.
Las empresas “queseras” se han quejado que no pueden seguirle el tren de ajustes de precios a Conaprole y, en menor medida, Ecolat, del grupo peruano Gloria. Hay firmas como Claldy, por ejemplo, que tienen la posibilidad de ajustar su mix de producción pasando a producir suero pero también leche en polvo.
Luego de estas empresas hay un grupo de firmas de mediano porte algunas de las cuales están muy jugadas a la producción de quesos para venderle a Venezuela. Por debajo hay firmas más chicas que enfrentan dificultades a la hora de competir. Y es por eso que un grupo de pequeñas y medianas empresas comenzó a reunirse en la segunda mitad del año pasado buscando –junto a técnicos de los ministerios de Ganadería y de Industria– para definir estrategias que den viabilidad al sector.
A fines de diciembre se firmó entre el Ministerio de Ganadería y las intendencias de Colonia, Flores, San José y Soriano un proyecto de apoyo a la quesería artesanal.
Tanto entre los representantes del Poder Ejecutivo como de los productores en el Inale se considera que la solución pasa por los procesos asociativos. Que las empresas diversifiquen su oferta para aprovechar los ajustes en los precios relativos. Hay emprendimientos en análisis y algunos en curso.
El presidente del Inale, Ricardo De Izaguirre, advirtió en una entrevista en Tiempo de Cambio, de radio Rural, sobre la tentación de volcarse masivamente a la producción de leche en polvo porque puede abrir riesgos si no se mantiene el nivel exuberante de precios y demanda.
Lo cierto es que hoy no se ven riesgos relevantes de un ajuste relevante en los precios relativos tras lo sucedido en las últimas subastas. Como se ve en las gráficas, mientras los precios de la leche en polvo entera se han estabilizado sobre US$ 5.000 por tonelada se ha dado una recuperación en los valores de productos como quesos y manteca.
Se trata de un ajuste reciente que sigue a un rally alcista de la leche en polvo frente al resto de los productores. El queso cheddar comenzó a operarse en globaldairytrade.com a partir del 19 de julio. Desde esa fecha hasta la subasta del 7 de enero se dio un incremento de 8%.
En igual período, el valor de la leche en polvo entera avanzó 42% y de 34% en la leche en polvo descremada. Según las estadísticas del Inale, entre enero y noviembre se dieron exportaciones de leche en polvo entera por 299.090 toneladas contra casi 217.000 de todo el año 2012.
El precio promedio FOB en los primeros once meses del año pasado fue US$ 4.400 por tonelada, un incremento de 18% frente a los USS 3.716 por tonelada de todo 2012. En quesos, las exportaciones entre enero y noviembre de 2013 sumaron 233.821 toneladas. En 2012 las colocaciones externas totalizaron 265.323 toneladas.
Tampoco hubo variaciones significativas en los valores. El precio FOB promedio en el acumulado hasta noviembre fue de US$ 5.621 por tonelada, casi sin cambios frente al valor medio de 2012 (US$ 5.601 por tonelada).
Venezuela ha concentrado las importaciones de quesos en los últimos años. En una economía al borde del desquicio inflacionario y sin oferta, la demanda por alimentos desde el exterior es constante. Los problemas están en la demora por conseguir cartas de crédito o en cobrar. Las empresas locales tienen una relación de larga data con Venezuela y han logrado “pilotear” la situación en base a contactos y gestiones a nivel público y privado. El gobierno de José Mujica trabaja en fórmulas para mejorar el intercambio y asegurar el pago. Estas restricciones han golpeado especialmente el frente exportador avícola en el que solamente una empresa de origen y capitales argentinos tiene espaldas para operar con Venezuela.
También genera reticencias sobre los posibles negocios de exportación de ganado en pie hacia ese mercado.
China también compra lácteos
Al igual que en la soja y más recientemente en la carne, China dio un salto el año que pasó y se posicionó como un importante destino de las exportaciones uruguayas de productos lácteos. Entre 2007 y 2012 –según los datos del Inale– las colocaciones en China casi no figuraron sin acercarse al podio de los principales importadores como Brasil, Venezuela y México.
De acuerdo a los datos de la Dirección Nacional de Aduanas, en 2013 las compras chinas representaron 17,4% medido en dólares y 16,42% en volumen del total de las ventas externas uruguayas de leche en polvo. Se convirtió así en el tercer destino de leche en polvo.
En 2012 las compras chinas fueron apenas el 0,88% del total. A pesar de ello ocuparon el séptimo puesto mostrando la fuerte concentración entre los principales países compradores. Para este año las previsiones son que China siga siendo un jugador importante dentro de las colocaciones de productos lácteos.
La publicación Conexión Agropecuaria destacó, sin embargo, las ventajas que tienen otros grandes exportadores mundiales en el mercado chino. Mientras Uruguay paga un arancel de 10% para ingresar al mercado chino, el mismo producto de Nueva Zelanda tiene una tasa de 5,8% la que irá bajando año a año hasta llegar a cero en 2020.
Sin posibilidad de un acuerdo bilateral, Uruguay tendría que esperar a que se dieran negociaciones a nivel de Mercosur o esperar por mejoras unilaterales desde China.
http://www.elobservador.com.uy