El Consejo de Gabinete aprobó un nuevo incentivo de $8.1 millones para los productores de leche, convirtiéndolo en el séptimo rubro agropecuario que es subsidiado; sin embargo, este tipo de medidas parecen no ser efectivas, pues el sector continúa sin levantarse.
De acuerdo con el presidente del Colegio de Economistas, Olmedo Estrada, el problema con los subsidios es que no son acompañados de políticas públicas que realmente ayuden a crecer al sector agropecuario y que en algún momento no tengan que depender de una ayuda monetaria.
Los productores han manifestado que algunas de las ayudas que necesitan son mejores vías de acceso para poder transportar su cosecha, más acceso a créditos agropecuarios, entre otras.
«En el caso de los subsidios agropecuarios no se irán reduciendo, si no se da una ayuda técnica y que perdure; por el contrario, se irán incrementando los gastos del Estado, ya que cada vez más productores querrán que sus rubros también sean subsidiados», explicó el economista.
La experiencia en Panamá indica que los subsidios no es la mejor solución para levantar la producción y eliminar la distorsión de precios en el mercado.
En el caso del arroz, al establecerse el Control de Precios, el Gobierno acordó con los productores pagarles $7.50 por quintal de arroz para completar los $24.50 por quintal, de manera que el productor lo vendiera al molinero en $17 y el precio al consumidor pudiera ser de $0.40 por libra.
Sin embargo, lejos de mejorar el sector, el presidente de la Asociación de Productores de Arroz de Chiriquí (Apach), ha explicado que la producción de este rubro en el país ha disminuido, al punto que para el año 2015 se podría finalizar solo con una siembra de 40 mil hectáreas en todo el país, cuando en otros años era hasta de 100 mil.
Esta experiencia también la han vivido los maiceros del país, quienes mantienen un subsidio de $2.50 por quintal, con la finalidad de que el productor lo venda a $16 y el Estado le compense el resto para llegar a $18.50 por quintal; sin embargo, los costos de producción agropecuaria continúa subiendo.
El maíz es utilizado para alimentar a la mayoría de los animales que representan los alimentos cárnicos, costos que para los ganaderos siguen aumentando, a pesar de los incentivos.
El productor de carne de la provincia de Darién, Abel Chávez, comentó que lo que necesitan, más que dinero, es que les enseñen a producir de manera más limpia y eficiente, así como mejorar el transporte y las vías de acceso.
Así mismo ha sucedido con productores de sorgo, soya, papa y cebolla, entre otros productos, a quienes a través de la Ley de Granos se les ha otorgado un bono por hectárea como incentivo de producción.
En el caso de los productores de arroz, maíz y poroto el incentivo es de $500 por hectárea, mientras que para los de sorgo es de $300 y de soya $1,000, siendo el máximo $2,500 por productor, sin embargo, pocos de estos sectores han logrado volver a despegar.
El economista y catedrático, Juan Jované, coincidió en que el mal de los gobiernos de América Latina es dejar que los subsidios cubran el problema y recordó que en el país nunca ningún subsidio ha logrado eliminarse por sí solo, porque nunca ha sido acompañado de políticas de capacitación técnica.
La historia podría repetirse con la leche, ya que el ministro de Comercio e Industrias (Mici), Melitón Arrocha, informó que se está estudiando la posibilidad de incluirla en el Control de Precios, lo que congelaría el precio de venta.
No obstante, durante la aprobación del incentivo a los lecheros no se mencionó ningún proyecto para mejorar su costo de producción a largo plazo, tal y como lo recomiendan expertos.
Más subsidios
$8.1 millones se gastará el Estado para darle a los lecheros $0.10 más por litro producido.
$11 millones le costó al Estado el subsidio de los arroceros en el ciclo 2014-2015.
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