#México: Subsidio a la leche, una salida ante adversidades

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Faltan 10 minutos para las seis de la mañana y todavía está oscuro. Un fila de botes de plástico espera afuera de la lechería Liconsa a que den las seis y comiencen a repartir las bolsas de leche.Mujeres jóvenes, ancianas, hombres vestidos de traje, niños con el uniforme de la secundaria salen de en medio de la oscuridad para apartar su lugar, para poder comprar el número de litros a los que su tarjeta de afiliación les dice que tienen derecho.
A las seis y media se escucha el ruido de una motocicleta en este punto de venta, uno de los más de 10 mil que existen en todo el país. De una sccoter roja baja César, un padre de familia de 45 años que no ha podido encontrar empleo en los últimos años, porque, dice, su edad es el principal impedimento.
A esta tienda, que dependen de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), viene todos los martes y viernes. Sus dos hijos, de 15 y 13 años, son quienes toman más leche, por eso él prefiere comprar cuatro litros de esta fórmula vegetal especial por 18 pesos (1.3 dólares) en vez de 13 pesos (1 dólar) por un litro de cualquier otra marca.
César es universitario, como él, su esposa también es mercadóloga. Con la compensación que recibió en su último trabajo abrió una cafetería en la colonia Franja del Valle, pero dice que ha sufrido la violencia de la zona porque han intentado robar en su negocio.
“Laboralmente, después de los 35, a uno ya lo consideran viejo aunque tenga las capacidades. Mis hijos conocen la situación, la entienden, pero a mí me preocupa su futuro, nuestra situación económica y la inseguridad”, afirma.
Ecatepec es el municipio más poblado del país, uno de los más inseguros y con más porcentaje de población viviendo en la pobreza. Se estima que 70% de sus habitantes tiene alguna carencia social, alrededor de un millón 300 mil personas.
Mireya espera a un lado de la tienda, tras un puesto de pan, a que una de sus vecinas le venda “una bolsa extra”. Durante el año pasado, Claudia se la pasó en los juzgados exigiendo la pensión alimenticia a su ex pareja para sus tres hijos. El proceso fue más largo porque él no los había reconocido como suyos.
Pidió el subsidio de la leche porque su trabajo en una lavandería no es fijo y necesitaba “toda la ayuda posible”. Espera la bolsa extra porque sólo recibe leche por uno de sus hijos. Aquí los menores pierden su derecho, después de los 14 años, pero ella no ha podido conseguir un mejor trabajo y le preocupa qué va a hacer cuando su tarjeta de afiliación ya no le permita comprar más leche.
http://www.eluniversal.com.mx

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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