Además de sosa cáustica. Inspeccionarán tanques y tuberías de planta pasteurizadora.
El laboratorio de análisis Industrias Lácteas Asturianas (ILAS) descubrió en el estudio ya culminado de la leche entregada por Lactodel, la presencia de Potasa, Peróxido y Cloro, también en concentraciones irregulares, con lo que las tuberías y la planta utilizada por ésta asociación de lecheros tendrá que ser auditada y rastreado el producto que ha comercializado.
En ese sentido, el contrato que mantiene con Liconsa podrá ser revocado en caso de que el muestreo arroje que ha sido reiterada la presencia de esos químicos que en concentraciones mayores afectan la salud al igual que la Sosa Cáustica que fue descubierta también en el lácteo que entregaban a la paraestatal.
La mecánica jurídica que se tendría que seguir para la revocación de contrato, es el salvaguardar los derechos de los pequeños productores que integran la asociación para salvaguardar a su vez el bien mayor, que es la actividad económica que da sustento a sus familias, por lo que a ellos, mediante una forma que se tendría que definir por acuerdo, se les seguiría recibiendo la leche que producen y pagándose la cantidad que hasta ahora reciben.
Sin embargo, en específico a quienes alteran la calidad de la leche y que obviamente tienen conocimiento de los químicos que alteran su estructura o retrasan su deterioro podrían enfrentar conflictos jurídicos, sobre todo si se demuestra que su consumo afecta al consumidor, pues también venden la leche de forma particular.
Liconsa, hasta la tarde de ayer, revisó todo el inventario, el muestreo y los resultados, con lo que se percató de que hasta la fecha no ha ingresado un solo cargamento de leche contaminada con alguno de éstos químicos, pues fue detectada la alta concentración antes de que entraran a descargarlo.
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