La jornada en lo comercial resultó fría y lenta, con cierta pereza compradora
En la tercera feria de mayo celebrada ayer en el Mercado Nacional de Ganados ‘Jesús Collado Soto’ de Torrelavega se cambiaron las tornas de alguna manera en cuanto a los comportamientos en la compra-venta y cotizaciones, es decir, lo comercial. Se observó durante los dos días, martes por la tarde y ayer, cierta pereza compradora, visto que la competencia en este sentido fue menor debido a la ausencia de algunos tratantes habituales de distintas procedencias. Entre las dos jornadas la oferta fue de 2.275 reses, 231 menos que en la anterior. Se puede considerar como normal en estas fechas.
Mientras que la recría bovina mejoró precios en líneas generales, las vacas de producción de leche cotizaron a la baja, algo inesperado visto lo ocurrido en mercados anteriores, todo lo contrario. La carne prácticamente igual, ‘ni fu ni fa’ que diría un castizo. El marasmo continúa, con amagos de mejorar pero tan lentamente que apenas se aprecia. Ayer, el ganado de abasto de calidad cambió de manos pronto, pero sin reflejarse en los precios. La lentitud en los tratos fue la constante. Calidad desigual en el ganado equino, lo mismo de vida que de carne, con tratos lentos y puntuales y cotizaciones repetitivas.
Recría y vacas de leche
Todo el sector en la recría, tanto terneros como cruzados, experimentó mejoría en sus cotizaciones respecto a la pasada semana. Las transacciones se realizaron con relativa fluidez, reflejándose en una manifiesta tendencia al alza los precios. Del conjunto de la oferta (1.624 reses), los más beneficiados fueron los de tipo frisón y los machos de raza blanco azul-belga bien conformados. No quedó un rabo sin vender, el 80 por ciento con destino a Cataluña y Huesca.
Fue en el sector lácteo donde se dejó sentir la ausencia de algunos compradores de los fijos, remisos quizá algunos ante el panorama incierto del sector lechero al comienzo de la nueva temporada. Costó vender más que otras veces a lo largo de toda la jornada con la consiguiente pérdida en sus cotizaciones y excedente en la oferta, lo que hacía tiempo no ocurría. El techo de la feria, 1.800 euros, compartido, correspondiendo a una novilla de primer parto de Navajeda y otra de Liérganes; fueron vendidas para Piñero (Lugo) y Avilés (Asturias).
Un ganadero de Solórzano adquirió media docena de vacas de primer parto, a una media de 1.020 euros, y para Badajoz se hizo un lote de 7, de primer parto también, entre 1.230 y 1.650 euros. Salieron partidas más bien reducidas para Pontevedra, La Coruña y Lugo, vacas jóvenes; sus precios entre 1.200 y 1.700 euros, así como para Palencia y otras provincias.
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