Una minuciosa inspección a las plantas procesadoras de productos lácteos realiza el departamento de Regulación Sanitaria, en procura de asegurar la calidad de los productos que consume la población.
Sin embargo, la situación es bastante precaria, ya que la mayoría de plantas que hasta el momento han sido inspeccionadas muestran alto grado de contaminación en la mayoría de los productos elaborados.
La insalubridad en los derivados de la leche surgen principalmente en el proceso de recolección de la materia prima que viene de los corrales, indicó el doctor Hernán Evelin, coordinador de esta unidad adscrita a la Secretaría de Salud.
Se pudo comprobar que en Juticalpa el queso en sus diferentes presentaciones al igual que la mantequilla tiene coliformes y otros microorganismos, dañinos a la salud de los consumidores, indicó el galeno.
CARENCIA DE HIGIENE
A pesar de esto productos como el requesón y el quesillo se muestran aptos para su consumo, ya que su proceso de preparación mediante la cocedura le ayuda a permanecer inocuo.
Muchas plantas no reúnen las condiciones higiénicas.
El grado de contaminación es mayor en algunas plantas del interior de Olancho, que muestran carencia de toda higiene en los sitios de preparación y transformación de la leche algunas en construcciones de tabla casi a la intemperie.
Sumado lo anterior la mala praxis y la manipulación de los trabajadores cuando el producto está listo para vender al público, el cual también se contamina hasta en los exhibidores.
Unas 88 plantas procesadoras existen en la región, de las cuales apenas seis están certificadas para exportación, una situación que enciende las alarmas para la población consumidora que podría resultar enferma en cualquier momento aseguró el entrevistado.
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