La sequía en EEUU y otros grandes productores de cereales, como los países del Mar Negro, va a conllevar una escasez de alimentación animal y por tanto un aumento de su precio. Según un último informe del Rabobank, las producciones ganaderas, tanto de leche como de carne, serán las más afectadas.
Para el Consejo Lácteo Británico, el alto precio de las materias primas va a conducir a una menor producción de leche y a una reducción de los márgenes de los productores y de los transformadores de leche.
El grado de respuesta al aumento de los costes de los piensos va a ser diferente según los sistemas de producción de leche. Las explotaciones que mantienen vacas que fundamentalmente consumen pastos van a sufrir menos impacto que las que las explotaciones más intensivas que tienen alojadas las vacas en el interior y que las alimentan mayoritariamente con concentrados. En consecuencia, no todos los ganaderos de la UE se van a ver igualmente afectados, ya que la repercusión será menor en países que tienen un sector lácteo en extensivo o semi-extensivo.
El impacto en la producción también va a depender del tipo de contrato que tenga el ganadero. Los productores que tengan un contrato que incluya cláusulas de revisión del precio pagado por la leche en función de cómo evolucionen los costes de la alimentación sufrirán menos que los que no tienen dichas condiciones.
El aumento de los costes de la alimentación va a provocar una reducción de la producción de leche a nivel global, mientras que se espera que las importaciones se mantengan estables. En consecuencia, es previsible que esta menor oferta de leche lleve a un aumento de los precios al ganadero y por tanto, reduzca los márgenes de la transformación. Igual que antes, no todas las industrias va a verse afectadas de la misma forma. Especialmente se verán más afectadas las que producen productos de bajo valor añadido, fácilmente sustituibles y las que tienen poco poder de negociación con la distribución.