Si en el mercado de pastas alimenticias vinculábamos su suerte a lo que ha sucedido con la práctica generalidad de los alimentos básicos de la cesta de la compra, la categoría de queso rallado ha venido marcada por el devenir del global de los quesos, sector en el que el precio ha sido decisivo. Este factor a la hora de la decisión de compra en el punto de venta se ha hecho mayor en los quesos de menor diferenciación, algo que ha sucedido especialmente en los rallados, en muchas ocasiones elegidos por los consumidores como “acompañamiento o extra” de los platos de pasta o de otras recetas. Pese a este contexto, en términos generales, la evolución ha sido buena y la categoría de queso rallado creció casi un 6% en volumen y un 5% en valor, hasta las 25.094 t y los 190,7 M€, respectivamente (datos de la consultora Iri para un periodo de 52 semanas finalizado el pasado 27 de octubre). En valor, los rallados se mantienen como tercera categoría en el global de quesos en libreservicio, con un peso del 14,7%, cuota de mercado que menguaría hasta el 10,3% si incluimos también las secciones de quesos atendidos. En el último periodo auditado por Iri, los rallados registraron un pvp medio de 7,59 €/Kg, un 1% menos que el TAM precedente.
Ya analizando más profundamente esta categoría, el factor precio ha provocado suertes dispares. Los rallados que cuentan con Denominacion de Origen, que en 2012 habían crecido de forma importante, experimentaron durante 2013 un fuerte retroceso, rozando una caída del 15% en valor y de más del 17% en volumen. Su precio medio se incrementó de los 7,49 €/Kg a los 7,70 €/Kg, algo que, a juzgar por los resultados, fue penalizado duramente por el consumidor. Así, si en 2012 los quesos con DO suponían el 58,1% de los rallados en volumen y el 56,8% en valor, un año después han pasado a ser minoritarios, con porcentajes del 45,5% y 46,1%, respectivamente. En estos quesos con DO, la peor parte ha sido para los mozzarella, cuyas ventas se desplomaron casi un 35%. Decrecimientos más moderados sufrieron los emmental y los parmesanos, entre el 2,7% de los primeros y el 5,2% de los segundos.
Por su parte, los rallados sin DO registraron una evolución inversamente proporcional. Su precio medio bajó un 5%, hasta los 7,51 €/Kg, y sus ventas se dispararon, con un crecimiento del 30,8% en valor y del 37,9% en volumen, hasta los 102,7 M€ y 13.681,7 t. A juzgar por estos datos, en una variedad como la de quesos rallados, complemento de recetas con otras bases, parece, por tanto, que el precio ha jugado un papel determinante para el consumidor a la hora de decantarse por uno u otro tipo.
Empresarialmente, una de las principales novedades ha sido la ruptura de la joint venture que mantenían desde 2008 para rallados la leridana El Pastoret de la Segarra y la valenciana Formatgería Granja Rinya, liquidada a finales de 2012, para dar paso al abastecimiento de ambas compañías a partir de terceros.
Igualmente, existía cierta inquietud entre la plantilla de la planta de Mondelez en Hospital de Órbigo (León), ya que estos trabajadores consideran que el grupo “tiene poco interés” en el queso rallado ‘El Caserío’ y en salsas, elaborados en estas instalaciones, con unos volúmenes el pasado año de 1.800 t y 13.000 t, respectivamente. La multinacional ya anunció a finales de 2013 que pretendía desviar parte de la producción de queso para untar de este planta a otra de sus factorías, concretamente la ubicada en Fallingboster (Alemania).
En cuanto a lanzamientos, una de las novedades más destacables ha sido presentada por Lactalis, que a través de su marca ‘Galbani’ lanzó una nueva gama de quesos rallados naturales en tres variedades: ‘Galbani Grangusto’, ‘Galbani Grana Padano’ y ‘Galbani Parmigiano Reggiano’. La firma argumenta este desarrollo bajo la idea de que “los quesos italianos están cada vez más presentes en los hogares españoles y, sin embargo, la oferta actual es incompleta, ya que los consumidores no encuentran un queso de sabor auténtico a buen precio”.
Por su parte, García Baquero puso en los lineales una nueva gama de quesos rallados compuesta por tres referencias recomendadas para diferentes usos: ‘Semicurado’, especial para fundir y gratinar; ‘Curado’, para su consumo con pasta, y ‘Rallado Extreme’, que según la empresa es el queso de este tipo más largo del mercado y se dirige a un público joven, con posibilidad de ser empleado como ingrediente de diversos platos.
Arla, por otro lado, ha seguido apostando por su gama ‘Finello’, para la que ha relanzado las variedades ‘Pasta’, una mezcla de tres quesos rallados (cheddar, regato y emmental) que “realzan y aportan un toque cremoso”; y ‘Pamellano’, queso en polvo natural “que se elabora exclusivamente rallando el queso y envasándolo a continuación, por lo que sus ingredientes son 100% naturales y no lleva conservantes”.
Sofisticada es la apuesta de Aldanondo, que cuenta con dos versiones de queso rallado de oveja ahumado bajo el paraguas de Etxegarai y marca ‘Larraitz’, una en polvo y otra en hilado. La empresa responde así “a una demanda del consumidor que buscaba queso Idiazabal rallado para la preparación de diferentes platos y ante la imposibilidad por normativa del consejo regulador de hacerlo con Idiazabal, lanzamos este producto con cualidades y características parecidas”.
Por último, cabe destacar la amplia oferta de este tipo de quesos que elabora Quesería Lafuente, interproveedora de Mercadona para la categoría de mozzarella desde febrero de 2012, que en ese mismo ejercicio logró incrementar sus ventas un 7,1%, hasta los 81,3 M€. Dentro de su catálogo, la mayor parte de las ventas de Lafuente, además de mozzarella, tanto fresca como para pizzas, proceden de rallados, mascarpone y cremas y lonchas de queso.
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