Se consumó la tomadura de pelo. Entre las concejalías de Juventud, Cultura y Ocio, con la necesaria connivencia de Patrimonio, se sacaron de la manga un negocio redondo bajo la fachada de un «mercadillo solidario». TELDENOTICIAS ofrece galería de imágenes que no deja lugar a dudas
Por falta de voces que lo avisaran no fue. A las dudas surgidas en muchos ciudadanos, e incluso entre miembros del gobierno municipal de Telde, se unió la denuncia pública de Esteban Betancor, quien en los micrófonos de Radio Aventura S.21 FM 107.8, avisó que lo que se estaba vendiendo como «mercadillo solidario» no era más que un mercadillo tradicional, llevado a cabo sin respetar la vigente ordenanza municipal. La tomadura de pelo se consumó este viernes y sábado pasados, 4 y 5 de octubre, respectivamente, en la plaza doña Rafaela y la Casa de la Juventud.
Y así fue. Las fotos no dejan lugar a la posible duda. Desde Cultura se vendió, y así consta en nota de prensa, que éste era un «rastro solidario», un proyecto para promover la «empleabilidad juvenil», y facilitar unos ingresos extras a personas necesitadas, que podrían vender esos objetos que tienen «arrimados» en casa.
Lo cierto, y para prueba, las fotos, que si bien había algunos puestos dedicados a objetos de segunda mano y usados, la mayor parte era de objetos nuevos, cuando no de comida o incluso animales vivos. Tampoco estaban al frente de los puestos «personas necesitadas», ni jóvenes en busca de una alternativa de empleo. Todo lo contrario. Eran los puesteros habituales de mercadillos como, por ejemplo, el de Jinámar, y otros puntos de Telde y de la Isla. Mercadilleros profesionales, vaya.
Cada uno de los aproximadamente 25 puestos montados pagaron 60 euros, de los cuales, 20 eran en concepto de fianza. Total, una recaudación aproximada, para los promotores de la genial idea, de unos 1.000 euros, en el caso de que se devolvieran todas las fianzas…
Y de esa cantidad ¿cuánto percibe el Ayuntamiento de Telde? ¿Cuánto va a revertir en los contribuyentes del municipio? Pues nada, porque pese a emplearse medios materiales y humanos del Ayuntamiento, además de cerrar durante tres días una calle céntrica, y ocupar dos plazas públicas, todo el dinero se lo llevan los promotores del invento, una asociación denominada MaHuCu, completamente desconocida hasta ahora, y que tiene, supuestamente, fines humanitarios.
El caso es que no habrá ningún control público sobre el dinero ganado a costa del Ayuntamiento de Telde. Lo disfrazan de «rastro solidario». Pero ni era rastro, ni era solidario. Un mercadillo normal y corriente, con una recaudación (40 euros por puesto, como mínimo) que va a parar a manos privadas.
¿O no tan privadas?
Seguramente, no tan privadas. Al frente de este chiringuito recaudatorio hay personas directamente vinculadas a Coalición Canaria, miembros destacados de su organización en Telde.
¿Qué tiene que ver la Secretaria de Organización de los jóvenes de CC en Telde con el invento solidario?
¿Qué parentesco tiene esta señora con un funcionario municipal, casualmente del área de Festejos, controlada por CC?
¿Cuántos medios materiales y humanos ha puesto el Ayuntamiento de Telde, es decir, todos los ciudadanos, para que la Secretaria de Organización de CC se llevara un dinero limpio?
¿Son estos medios materiales y humanos, los mismos que pocos días antes se les negó a un acto municipal, llevado a cabo por otra delegación ajena a los chicos de CC Telde?
¿Cuántas personas «necesitadas» fueron a vender los objetos usados que tenían «arrimados» en casa?
¿Qué repercusión ha tenido el «rastro» en la empleabilidad juvenil?
¿El concejal de Mercados, Fidel Ruiz, como responsable (supuesto) de la materia, tiene algo que decir al respecto?
Son algunas preguntas interesantes, algunas de cuyas respuestas, seguramente, ustedes ya las adivinan. El resto… ¿qué se apuestan a que nadie se da por enterado?
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