El presidente de la organización de productores lácteos –impulsada por Unións Agrarias– Unión Leiteira Galega (Ulega), José Benito Vence, ha denunciado este viernes en Lugo que los ganaderos gallegos vuelven a producir leche «a perdidas», con precios «por debajo de los 30 céntimos» en Galicia.
«Cómo es posible que volvamos a caer abajo», se pregunta un Vence quien apunta que lejos de revertirse una situación que ya se producía hace año y medio, «en que se perdió mucho dinero y desaparecieron explotaciones y otras quedaron empeñadas para muchos años», se vuelve a producir a «perdidas».
Vence se ha referido a lo ocurrido en Feiraco, que la semana pasada tenía en alguna distribuidora el precio a «44 céntimos el litro», cuando ya los costes industriales se sitúan «entre 20 y 22 céntimos», a lo que habría que sumar los 30 o poco menos de 30 céntimos con los que se paga la leche en Galicia.
Así, José Benito Vence acusa directamente a la industria, con esa excusa de «siempre» de que «se ve muy apretada por la distribución». «La industria no le puede estar echando siempre la culpa a la distribución porque también tendrán alguna responsabilidad», acusa.
«En estos momentos se está perdiendo dinero, y las explotaciones que realmente estaban saliendo del fondo se vuelven a encontrar con el problema», constata.
Vence tiene claro que «el sector industrial no se organizó, y no se modernizó». «Y, sobre todo, yo creo que se modernizó el sector lácteo mucho más en los productores que el sector industrial», mantiene.
CRÍTICAS DE UU.AA.
Por su parte, el secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García, ha insistido este viernes en Lugo, antes de clausurar una jornada sobre la situación actual y el futuro del sector lácteo convocada por Ulega (Unión Leiteira Galega), que estudian convocar una huelga de recogida de leche, a partir del 1 de abril en que desaparece el sistema de cuotas ideado en su día por Bruselas.
«El 1 de abril terminan las cuotas lácteas, hasta ahora las cuotas suponían un problema porqué limitaban el crecimiento pero daban una seguridad que es que garantizaba la recogida. A partir del uno de abril cada ganadero va a poder producir lo que quiera, pero cada industria va a recoger lo que le da la gana», alerta.
García sostiene que a partir del 1 de abril los productores se van «a encontrar con dos problemas, adecuar un precio a la situación de mercado y un precio que cubra costes de producción y otro no menos importante garantizar la recogida y pactar los incrementos de cuota».
«Un país que abastece solo el 70 por ciento del mercado debería de tener capacidad para hacer un crecimiento de producción ordenado para aspirar a que el queso que haga falta en España no lo tengamos que traer de fuera. Para nosotros es imprescindible ir de la mano de la industria y de la distribución y unas reglas de juego que marque la administración», subraya.
Dicho esto, el dirigente agrario fija a partir del 1 de abril esa posible huelga, «si no se tiene garantizado una negociación de precios, porque a partir del 1 de abril tiene que ser por un mínimo de un año, es decir, un precio para un año, es imposible poder pactar un precio fijo, va a tener que haber un precio de partida».
«Si no hay esa negociación y no hay un pacto y un acuerdo de volúmenes estaríamos en condiciones de hacer algo parecido a una huelga de entregas o a un boicot a la recogida de las distintas industrias», avisa.
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