El SLG cree que debe hacer ahora lo que hizo antes con la propia Alimentos Lácteos
El Sindicato Labrego Galego ha reclamado hoy a la Xunta que financie la deuda de las explotaciones ganaderas «arruinadas» por Alimentos Lácteos, «tal y como ha hecho antes con la empresa». El director general del Instituto Galego de Promoción Económica, Javier Aguilera, ha subrayado en el Parlamento que, pese al fracaso de la empresa Alimentos Lácteos, la unión de cooperativas en este proyecto ha sido «significativa» para reactivar «el espíritu» cooperativista en Galicia e insistió en que del fiasco «todos aprendimos algo». En nota de prensa, el SLG señala que Alimentos lácteos fue desde el comienzo una «apuesta política» de la Consellería de Medio Rural, que entonces dirigía el actual delegado del Gobierno, Samuel Juárez, y del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, «gestionada y basada en decisiones administrativas de políticos populares».
Esta apuesta, señala el comunicado, tuvo dos «nombres propios», los de Eugenio Montero, teniente de alcalde del PP en Touro y presidente de una cooperativa y Arcadio López, que preside otra y también ocupa este mismo puesto político en A Pastoriza.
Además, el SLG apunta que resulta «curioso» que quien declara que las responsabilidades por la quiebra de la empresa son privadas y se limitan a la acción de sus gestores sea Aguilera, que antes de dirigir el IGAPE fue responsable de Xesgalicia, ya que ambas entidades prestaron a Alimentos Lácteos 6,3 millones de euros.
«Desde el SLG nos preguntamos si el personal técnico de ambos organismos no vio claro el abismo hacia el que se dirigía» la empresa, con «pérdidas millonarias desde el primer año de vida y que no pararon de crecer», agrega el sindicato.
Para el Sindicato Labrego «existe una evidente responsabilidad política en la quiebra» de la empresa y, tal vez, es la hora de que se depuren responsabilidades en la Consellería de Medio Rural y organismos dependientes de la Xunta que hicieron posible ese «agujero millonario» en las arcas públicas y en la economía de un millar de explotaciones que acumulan varias entregas de leche sin cobrar.
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