La semana pasada el diario eleconomista.es titulaba en portada «Nestlé se va de España», tal y como se puede ver en la imagen. En el artículo ya era un poco más comedido y encabezaba con «Nestlé se lleva a Luxemburgo toda la tesorería y los créditos de España». 
Nestlé España emitió un comunicado de prensa en donde se desmentía la noticia, pero ya era tarde, otros portales se hacían eco de la noticia y en las redes sociales ya indignación en contra de la marca incendiaba los ánimos ante un supuesto caso de evasión legal y expolio. Un caso que muestra como la prensa no está dispuesta a que la realidad estropee un titular.
El comunicado de prensa de Nestlé apenas mereció una nota de 4 líneas escuetas, que dejaron por fuera datos indispensables para poner en contexto la noticia y entender que lo que decía eleconomista.es no se ajustaba a la verdad.
Nestlé aclaraba que desde hace 11 años las filiales de la Zona Euro centralizaban su tesorería a través de la sociedad Nestlé Treasury Center Europe SA, con sede en Luxemburgo. 11 años. Detalle poco relevante para el economista.es por lo visto.
En la nota Nestlé aclaraba que el objeto de centralizar la tesorería era mejorar la operativa y que no pretendía ninguna ventaja de índole fiscal, más si las cuentas que se gestionan están en bancos españoles como el Santader o CaixaBank.
Como si fuera poco, el comunicado expresaba que las autoridades del Ministerio de Hacienda y del Banco de España estaban al tanto de este tipo de operaciones llevadas a cabo por Nestlé con total transparencia.
¿Terrorismo informativo?
En el artículo de eleconomista.es, un portal que en teoría suministra información de calidad dado su grado de especialización, satanizaba esta operativa de Nestlé al asociarla con técnicas de evasión fiscal ‘legal’ como la practicada por empresas como Google, Apple o Microsoft.
Incluso eleconomista.es llega a afear la conducta a Nestlé por obtener créditos en Luxemburgo. Como si el crédito a la industria no fuera un problema de toda la industria española.
Pero no hay tal, Nestlé paga sus impuestos en España, su sede social está en España y no se va de España. Además, tener la tesorería centralizada solo le aporta a la filial española ventajas para mantener los 6.000 empleos que genera en España y vender a precios más competitivos.
Tal vez el economista quería aprovechar la sensibilidad que la opinión pública tiene con la evasión fiscal en una época donde los recortes a servicios sociales abundan. Y por ello decidió lapidar a Nestlé.
Otros medios se hicieron eco de la noticia, reflejando el folclore periodístico que inunda España, como el siempre ‘muy mesurado’ Mercado Libre, que tituló: Nestlé huye de Cataluña y lleva la sede a Luxemburgo. Sin duda ante la mentira y la manipulación son mucho más productivos los señores de Libertad Digital que los del eleconomista.es.
Huída hacia adelante
Ante la respuesta de Nestlé, en la que ratificaba que pagaba impuestos en España, a través de bancos españoles y con el conocimiento del gobierno de España, y que esta operativa no iba en desmedro ni del fisco ni de la economía españolas, el economista.es insiste en la acusación.
Para ello acude a las cuentas de Nestlé y encuentra que la empresa tiene sociedades en paraísos fiscales e incluso operaciones en países muy pequeños y sospechosos, por ejemplo en Singapur, donde tiene uno de los centros de I+D para Asia.
Para el economista.es, o para los expertos a los que consultan, tener inversión en I+D es una perversa forma de evadir impuestos, una tapadera.
Siempre suena épico arremeter contra la gran industria, sobre todo en temas sensibles como lo son ahora los impuestos. Y la labor de la prensa es informar, no linchar, pero esto último genera más visitas.
Siempre es bueno que sepan las personas que están tras el economista.es, que detrás de esa marca grande, de esa multinacional torva que pretenden dibujar hay trabajadores y un tejido empresarial que vertebra la sociedad.
Si tienen algo que denunciar, que lo hagan, pero que sea con pruebas ciertas y no con sospechas venenosas, es lo último que se necesita para levantar la economía de este país.