José Montes Pérez – Presidente de Feiraco. «La crisis nos ha venido bien, muchos jóvenes regresan a las explotaciones ganaderas»
José Montes acaba de coger las riendas de Feiraco, una de las principales cooperativas gallegas del sector lácteo que cuenta con 3.600 socios, de los que 500 son productores de leche. La cooperativa elaboró más de 100 millones de litros de leche el pasado año y la facturación del conjunto de sus actividades –productos lácteos, piensos, venta de gasóleo, servicios de taller y asesorías (jurídica y veterinaria)- ronda los 100 millones de euros. A pesar de la crisis, la facturación de la cooperativa creció un 6,8% el pasado año y las previsiones para este son de un incremento del 7%. A pesar de las dificultades del sector, Montes presagia un futuro prometedor.
–¿Qué diagnóstico hace usted del sector lácteo gallego?
–El gran problema que tiene es su atomización, todavía con muchas explotaciones pequeñas a pesar de la reconversión que hubo en el sector. Además está sufriendo una caída del precio de la leche, mientras que las materias primas para la alimentación del ganado están a alza y convierten la situación de los ganaderos en crítica, pero por otra parte se abren en el horizonte expectativas interesantes con la nueva PAC que diseña un nuevo paquete lácteo para las organizaciones de productores y nuevos contratos. Después está la creatividad que tengamos cada uno de nosotros. Nuestra cooperativa está en la línea de apostar por la innovación y de valor añadido.
–¿En qué nivel se sitúa el precio de la leche en Galicia?
–Los precios que se pagan a los productores son los más bajos de Europa y de España, aunque la tendencia es a converger. La diferencia es pequeña, de unos céntimos, pero en los millones de litros que se producen significan mucho dinero para los productores. La media europea está en 0,338 euros el litro, mientras que nosotros estamos en 0,315 en el mejor de los casos.
–¿Se pueden mantener las explotaciones lácteas con estos precios?
–Es muy difícil. Los empresarios que tienen una explotación grande capean el temporal con más holgura e incluso tienen beneficios, pero los pequeños productores lo tienen muy complicado.
–¿Han tirado ya la toalla muchos de esos pequeños empresarios?
–Se producen algunos abandonos, pero la mayoría de los ganaderos tienen que esperar a jubilarse porque no pueden dedicarse a otra cosa. Una mayoría lo dejaría si pudiera.
–¿La falta de trabajo en otros sectores no impulsa el relevo generacional en el sector?.
–También es problemático, pero efectivamente la crisis nos ha ayudado porque mucha gente ha regresado por la oportunidad de autoempleo en las explotaciones ganaderas. La crisis nos ha venido bien, muchos jóvenes han regresado al campo. Hay grupos de jóvenes que tienen ideas nuevas, abordan transformaciones de sus explotaciones o se unen para crean empresas más grandes. Los proyectos más bonitos que tenemos es la unión de ganaderos de un entorno próximo, con lo que consiguen tener volumen, producir cantidades importantes y simplificar la mano de obra.
–¿Qué ha supuesto el sistema de cuotas lácteas, cómo afectó al sector?
–El resultado es ambivalente. Nuestro primer presidente, Jesús García Calvo, polemizaba mucho con las autoridades europeas y españolas a consecuencia de la cuota láctea y defendía que era inconstitucional porque los ganaderos no eran libres para producir lo que querían y por lo tanto mejorar sus explotaciones y forma de vida. Desde mi punto de vista, la cuota láctea ha sido beneficiosa porque reguló el mercado, freno el que se produjera leche a mansalva y evitó que el precio de la leche cayera por los suelos. Ayudó a mantener los precios de la leche con cierta estabilidad, porque tampoco fue la estabilidad que se esperaba. En otro sentido, efectivamente, evitó que las empresas pudieran crecer.
–Está previsto que la cuota láctea desaparezca en 2015, ¿qué panorama se presenta a partir de entonces?
–Fíjese que contrasentido, ahora que estamos muy cerca de 2015 surgen muchas voces reclamando que se mantengan las cuotas lácteas porque se le ven las orejas al lobo.
–¿Y usted de qué sería partidario, de la continuación de las cuotas o de su desaparición?
–Soy partidario de que desaparecieran y que el ganadero pudiese producir lo que quiera. Eso sí, lo que se debe hacer es producir de una manera competitiva y con calidad, y de tratar de producir nuestra leche con un valor añadido para ganar mercados. En esta línea estamos en Feiraco, pero con el condicionante que el innovar también cuesta dinero y hay que tenerlo.
–Se ha dicho que a las grandes multinacionales les interesa la desaparición del sector lácteo gallego, ¿es así?
–Los productores lácteos gallegos somos el enemigo a batir por las grandes multinacionales porque el potencial del sector es muy importante, representamos el 37% de la producción nacional. Lo que necesitamos en estos momentos para hacer frente a esta situación es que los productores gallegos nos uniéramos para poder marcar así los precios. La Xunta está interesada en la constitución de una única organización de productores de leche, eso nos permitiría tener un potencial increíble. Pero la creación de un sector lácteo gallego es hoy por hoy una utopía.
–¿En qué se fija el consumidor a la hora de comprar leche?
–Lamentablemente se fija mucho en el precio, hasta tal punto que las marcas blancas es la primera opción del consumidor. Las veces que nos hemos metido en ese mercado ha sido con precios ajustadísimos, no rentables por no hablar de pérdidas. Y eso no se puede hacer, pero a veces no nos queda más remedio porque la leche es un producto perecedero y hay que darle salida.
–¿Qué les aportará la adquisición de la planta de Clesa en Caldas de Reis?
–Lo más importante la participación de las diez principales cooperativas lácteas gallegas en un proyecto común, no tanto la producción de leche que suponga porque no será mucha. Esto nos da alas para crear un grupo lácteo cada vez más poderoso.
–¿Cuál será el papel que desempeñará Feiraco?
–Se ha creado una nueva sociedad y Feiraco será la encargada de gestionarla en esta primera fase, porque somos la única cooperativa que transformamos leche.
–¿A qué dedicarán la planta de Caldas?
–Vamos a aprovechar toda la capacidad de la planta para elaborar productos lácteos, como postres. El proyecto contempla, por ejemplo, el envase de leche en vidrio, que es cada vez más demandada por las amas de casa porque está menos agredida desde el punto de vista de la transformación industrial. En la planta también hay una torre para el secado de leche para convertirla en polvo que también utilizaremos cuando tengamos exceso de producción en lugar de malvenderla.
–¿Bajo qué marca fabricarán?
–Con la marca Clesa, que ya es conocida en el mercado.
–Y en cuanto a la plantilla, ¿qué planes tienen?
–Comenzaríamos con una plantilla de treinta trabajadores, pero en el plazo de un año y medio o dos años tendríamos la plantilla completa.
–¿En qué fase se encuentra el proceso de adquisición de Clesa?
–Existe ya una decisión judicial y estamos con los trámites para cerrar la operación. Creo que a lo largo del mes de julio podremos terminar el proceso.
–¿En cuánto se ha cerrado la operación?
–En unos diez millones de euros.
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