La Universidad de Oviedo inculca hábitos saludables a niños de Primaria y trata de despertar su interés en la formación científicaTiene los ojos tapados y la palma de la mano extendida. Alfonso Fernández, de los servicios científico-técnicos, le desliza una rodaja de zanahoria. El crío, alumno de sexto de primaria del colegio público La Gesta 1, de Oviedo, se la lleva a la boca desconfiado. «¡Cómetelo entero!», jalean una decena de escolares, incapaces de evitar la risa ante el desconcierto que evidencia su compañero. «Es zanahoria», dice con seguridad, retirando el antifaz que le bloquea la vista y tras haber masticado un poco. Acertó. El edificio Severo Ochoa del campus de El Cristo se convirtió ayer en una «miniferia» que albergó la actividad ‘Desayunos científicos’, financiada por el Ministerio de Economía y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
En la ‘caseta’ en la que los estudiantes se esmeran por adivinar qué alimento tienen ante sí, una escolar olfatea ahora un ajo. Unos metros más allá, otra decena juega al dominó. En las fichas se han impreso productos asturianos como el queso Afuega’l Pitu o la manzana Collao. «Teníamos que barrer un poco para casa», dice José Montejo, profesor de la Facultad de Química, que utiliza el juego como excusa para explicar, entre otras cosas, lo que es la fructosa, «el azúcar de las frutas».
Frente a una pantalla conectada a un microscopio, otro grupo contempla ajos y cebollas como nunca los habían visto antes. Y para cerrar la ‘miniferia’, un poco de baloncesto. Los niños cogen una serie de bolitas que simbolizan los alimentos que comen y los lanzan en distintas canastas, que representan la frecuencia con la que lo hacen. Una forma lúdica de realizar un test nutricional a los críos y tratar de enfocar después sus hábitos de consumo hacia rutas más saludables.
Una vez terminados los juegos, llega el momento de ponerse en marcha y los escolares se desplazan hasta la Facultad de Química para, a eso de las once y media, disfrutar del desayuno que cerraría la actividad.
El objetivo del evento, por el que pasaron ayer unos cincuenta escolares, no es otro que «despertar en ellos el interés por la ciencia y fomentar los hábitos saludables», destacó Ana Valdés, directora de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la Universidad de Oviedo, mientras los niños se llenaban la boca.
Sobre la mesa, todos los ingredientes necesarios para elaborar un desayuno equilibrado: fruta, galletas, quesitos, pan de molde, cacao, mermelada y leche. Todo, explicó Itziar Ahedo, técnico de la Unidad de Cultura Científica, donado por la Fundación Alimerka y Reny Picot. Comentó también que el de ayer no será el único desayuno que se sirva en Química y que La Gesta no será el único colegio que les visite.
250 escolares
A lo largo de este mes, todos los jueves, unos 250 escolares de centros públicos y concertados de la región tendrán oportunidad de disfrutar una visita que, resaltó una de las profesoras a cargo del grupo, «a los niños les gustó mucho». «Es una actividad muy lúdica y a la vez les sirve para aprender», remató.
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