Los alcaldes dezanos se suman a la petición de los sindicatos de anular los contratos firmados hasta la fecha -Los costes de producción suben ya a los 34 céntimos por litro.
Las explotaciones dezanas producen 223.940 toneladas de leche, según los datos más recientes de la Consellería de Medio Rural. Si el precio por cada litro baja un solo céntimo, todas estas granjas pierden, en conjunto, 2.239.400 euros en un año, lo que se traduce en un recorte de gastos de estas empresas en otros servicios de Deza como el comercio, la construcción, la alimentación o la compra de maquinaria.
Son los cálculos que realizaron ayer los representantes de Asaja, Unións Agrarias y Sindicato Labrego Galego, al término de la reunión que mantuvieron con los alcaldes y representantes de la oposición dezana para recabar su apoyo al comunicado que se remitirá a la Consellería de Medio Rural. El escrito, al igual que la denuncia que se presentó el viernes ante la Xunta y que se también se tramitará ante el Ministerio de Agricultura, exige la anulación de los contratos firmados hasta la fecha, porque incumplen el pacto lácteo en tres cuestiones, como explica el líder de Unións, Roberto García: estos pactos no son fruto de un convenio entre el productor y la industria ni recogen las modificaciones que aportan las cooperativas o las Organizaciones de Productores de Leche; duran menos de un año y se justifican en hojas de renuncia «voluntaria» de los ganaderos, que realmente aceptan esa duración inferior porque se les amenaza con no recoger su alimento; y, por último, se creó «una situación artificial de que sobra leche» para ofrecer precios de 21 ó 22 céntimos por litro, cuando la media europea está en 32 céntimos y, lo que aún es peor, los costes de producción ya se sitúan en los 34.
En esa situación se encuentran ya más de 2.000 explotaciones gallegas, como se señala desde el Sindicato Labrego Galego. Esas granjas ni siquiera tendrán ingresos, por eso urge que la Consellería de Medio Rural abandone la postura de que no puede interferir entre productor e industria aduciendo que se trata de un contrato particular. Al contrario, la administración «tiene que reforzar el poder negociador de los productores, estableciendo un sistema de arbitraje, y articular mecanismo para evitar estafas en las explotaciones», reza el comunicado.
Desde Asaja, Francisco Bello insiste en que la administración «tiene que estar de nuestro lado, porque somos los más débiles de la cadena», máxime en una comunidad autónoma que, al margen de producir en torno a la mitad de la leche de todo el país, también figura entre las nueve zonas lecheras de la UE. Con el nuevo sistema sin cuotas, lo lógico es que Galicia liderase la producción estatal sin miedo a aumentar la producción, ya que ésta solo cubre el 70% de la demanda.
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