La LETRA Q abre la puerta a ayudas europeas para los ganaderos
La Leche Tierra de Sabor acaba de obtener la máxima certificación española reconocida en Europa, que se pide de forma voluntaria. Cuando el consumidor vea en los envases de leche fresca Tierra de Sabor el logotipo de la LETRA Q, de color rojo, es que está garantizada la trazabilidad desde la explotación ganadera hasta la mesa, además de su procedencia de vacas de Castilla y León. Se puede decir que se da un paso más en pos de la calidad, aunque no sea obligatorio.
La viceconsejera de Desarrollo Rural, María Jesús Pascual, ha confirmado que la industria láctea Gaza ha conseguido esta máxima certificación de calidad para toda la leche que envasa, tanto la que sale al mercado con su propia marca como la que se vende bajo la marca Tierra de Sabor. Aunque la calidad y la trazabilidad de la Leche Tierra de Sabor ya estaban garantizadas, en opinión de María Jesús Pascual, con esta nueva certificación se logra dar una valor añadido, sobre todo en los mercados nacionales e internacionales. Al mismo tiempo, la viceconsejera de Desarrollo Rural destaca que la LETRA Q abra la puerta a ayudas europeas.
Ha vuelto a ser la empresa externa Certificar la encargada de auditar y verificar que la Leche Tierra de Sabor cumple los requisitos exigidos en todos los proceso de producción, desde las explotaciones ganaderas de Castilla y León hasta la mesa del consumidor. Porque el objetivo de la Consejería de Agricultura y Ganadería es llegar a todos los mercados, aunque en primer lugar al nacional, una vez que la Leche Tierra de Sabor ya se ha implantado en toda la comunidad autónoma.
Gaza es la responsable de envasar toda la leche de Tierra de Sabor que procede de ganaderos de la cooperativa leonesa que cumplen la Guía de las Buenas Prácticas implantada por la empresa zamorana para sus proveedores de leche fresca.
Las siglas
Las siglas de la LETRA Q, proceden de leche cruda de vaca, trazabilidad y qualidad. Este logotipo es sinónimo de transparencia, seguridad y trazabilidad que de forma voluntaria se colocará en el etiquetado de los productos lácteos por las empresas fabricantes.
Parlamento Europeo
En el año 2002, el Parlamento Europeo estableció una Directiva por la cual se obligaba, a partir de los inicios del 2005, a que las empresas alimentarias llevaran unos sistemas que permitiesen asegurar la trazabilidad de los productos lácteos en todas las etapas de su producción. Es decir, conocer todos aquellos movimientos que nos permitan registrar e identificar un determinado producto, desde su origen hasta su destino final.
Cuando se produjo la transposición de esta Directiva europea a la legislación española en el año 2004, se estableció un Real Decreto que regulaba la identificación y el registro de movimientos en todos los procesos en los que interviene el sector lácteo, así como los movimientos que se produzcan con la leche cruda, a través de una aplicación informática integrada en un sistema de información.
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