España: La #leche rompe la botella

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La cuotas lácteas pasarán a la historia en abril del próximo año l Zamora, que produce 100.000 toneladas al año, afronta la liberalización del sector con muchas incógnitas.
La frontera está en el 1 de abril de 2015. Las cuotas lecheras serán historia a partir de esa fecha. Queda un año para decir adiós a un sistema que se implantó en 1985 y que España no tuvo más remedio que abrazar desde el inicio de su ingreso en la casa europea. El sector español lo pasó mal. Tuvo que adaptarse y reestructurarse. El Mercado Común primero y después la Unión fijaron límites de producción.
En España costó trabajo entenderlo: el consumo interno ronda los 9 millones de toneladas de leche y solo se pueden producir poco más de 6,5 millones. El desfase lo cubre la exportación, la mayoría procedente de Francia y Alemania. En Zamora las cosas fueron difíciles y la reconversión fue mayor que en otras provincias porque las explotaciones lecheras -miles- en los años ochenta tuvieron que redimensionarse a la carrera.
Cuando se implantó el sistema de cuotas, Zamora producía algo más de 90 millones de toneladas de leche al año. En casi tres décadas se ha hecho necesario aumentar ligeramente las producciones y para eso el camino ha sido comprar cuota. Los ganaderos han tenido que hipotecarse y pedir préstamos a los bancos, no solo para redimensionar sus granjas, comprar mejores vacas y tecnificar instalaciones, sino también para adquirir cupo. El cambio, ahora aprobado, significa que perderán el dinero invertido en asegurarse derechos de producción. En la provincia se podrían haber invertido en este concepto más de 10 millones de euros, la mayoría, ya amortizados, según fuentes del sector.
Las posiciones ante el cambio son muy contrapuestas. Los ganaderos se muestran reacios a la liberalización del sector. Pierden lo invertido en cuotas y la competencia será mayor, dependiendo más de los vaivenes del mercado. La industria, por el contrario, cree que la desaparición de los cupos va a beneficiar a los consumidores y, a la larga, también a los criadores de vacas, al menos a los mejores, aquellos capaces de innovar sus explotaciones y de generar más leche.
Por su parte, el Gobierno ya ha manifestado que está preocupado por la situación en la que quedará el sector. En las negociaciones previas se alineó con los 17 países que veían con cierta preocupación el afán de los otros 11 de establecer la liberalización sin ningún tipo de colchón.
El Ejecutivo, según manifestó en su día el ministro Arias Cañete, ha pedido a la Comisión Europea que fije mecanismos que «en tiempo real» detecten movimientos de volatilidad de precios y los correspondientes márgenes. También ha exigido mecanismos de mercado que puedan prever las crisis de precios y afrontarlas. Es muy importante hacer un seguimiento de censos ganaderos y controlar las producciones que llegan de otros mercados, como el chino.
El Ministerio de Agricultura pretende afrontar las consecuencias de la liberalización del mercado lácteo con incentivos para propiciar la integración cooperativa. En el futuro Plan de Desarrollo Rural se van a destinar importantes fondos a estimular el asociacionismo de carácter «supraautonómico» con el fin de sobrepasar los límites regionales y ofrecer alternativas al mercado global. Es preciso buscar la mayor concentración de oferta para ofrecer «paquetes» sugestivos a la distribución comercial, que puedan competir con otros países.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente publicó el 8 de abril en el BOE una orden ministerial por la que se modifican las disposiciones vigentes sobre las bases reguladoras de las ayudas destinadas a agrupaciones de productores, para la realización de proyectos de investigación aplicada en determinados sectores ganaderos.
Agricultura ya ha presentado un modelo del informe periódico que va a elaborar con datos productivos del sector lácteo y que se publicará en la web del departamento, para hacer un seguimiento mensual de la evolución de la actividad en el último año de vigencia de la cuota lechera.
La iniciativa, según recoge Europa Press, se ha adoptado ante el incremento continuado de la producción, que se ha originado como resultado de la buena situación actual del mercado lácteo, caracterizado por la excelente evolución de los precios en los últimos meses, que han alcanzado récords históricos y se han mantenido en alza desde el mes de septiembre de 2012, y la fuerte demanda de los mercados internacionales. Para el Ministerio, los fuertes incrementos del nivel de producción hacen necesario una «monitorización» más estrecha sobre su evolución mes a mes, hasta la finalización del régimen en abril del año que viene.
El informe analizará los datos más recientes disponibles sobre censos de vacas y novillas y sobre entrega de leche. Además, se realizarán previsiones de evolución y simulaciones en diferentes escenarios productivos. En la actualidad hay siete organizaciones de productores reconocidas (seis en vacuno y una en ovino) que agrupan unos 5.000 ganaderos que aportan aproximadamente 2 millones de toneladas de leche, lo que supone un tercio aproximadamente de la producción nacional. Algunas de estas organizaciones ya han llevado a cabo la negociación colectiva de las condiciones de los contratos, tal y como les permite de manera excepcional la legislación.
Las claves del cambio
Filosofía de las cuotas
El sistema de cuotas se aplicó en el sector lácteo y en otras actividades económicas europeas con el fin de regular las producciones nacionales. En el caso de España, se implantó para evitar que la producción nacional no excediera la demanda del consumo y la temida caída de precios en origen. Ya hace seis años, la UE acordó mantener en un 1% anual el crecimiento de cuotas lácteas hasta el año pasado. El objetivo era fijar un periodo de transición para que el cambio se realizara sin grandes convulsiones. El acuerdo, no obstante, no ha cumplido el efecto deseado porque por medio se ha cruzado la crisis, lo que ha hecho aún más complicado el cambio de sistema.
Consecuencias de los cupos en Zamora
La aplicación de los cupos en la ganadería zamorana obligó en los años ochenta y noventa a un cambio drástico en el modo de explotación. Las granjas tuvieron que redimensionarse buscando una mayor productividad con la que hacer frente a la compra de las cuotas lecheras y a los vaivenes continuos del mercado, marcados por los picos de producción y por la especulación muchas veces dirigida desde Francia y Alemania, los grandes productores de leche de Europa. El precio de compra de un litro de leche de cuota superó los cincuenta céntimos, lo que obligó a hacer importantes inversiones, que en el caso de la provincia superaron los diez millones de euros. En las dos últimas décadas se han cerrado muchas explotaciones y se ha pasado de pequeñas granjas a instalaciones muy mecanizadas, con más de cien cabezas de ganado por productor en la mayoría de los casos.
¿Que va a ocurrir a partir de abril de 2015?
La liberalización del sector abre un panorama radicalmente distinto. Cada ganadero podrá producir la leche que quiera. Se acabaron las penalizaciones y la famosa supertasa. Ya no habrá «leche negra» y el mercado será quien marque la pauta del desarrollo de la actividad. Los beneficios estarán muy relacionados con la reducción de costes. Los ganaderos no tendrán que comprar cuota pero, a la vez, tendrán que ajustar los márgenes brutos para competir con productores de otros países. Piden que se establezcan compensaciones como ha ocurrido en otros subsectores como el azucarero, para que el cambio se haga sin sobresaltos y para compensar, de alguna manera, una riqueza que tenían los propietarios de cuota y que ahora dejan de tenerla. La industria, en principio, considera que el cambio beneficiará a los consumidores y que no va a producir grandes convulsiones en España, donde el consumo (9 millones de toneladas) es mucho mayor que la producción permitida por las cuotas (6,5 millones de toneladas). La ganadería española se ha modernizado mucho en los últimos años, incrementando las producciones por vaca que ahora están a la par o por encima de los países tradicionalmente lecheros. El futuro, no obstante, es una incógnita ya que, por medio, están las grandes cadenas de distribución, de las que, de verdad, depende la economía de muchos subsectores.
http://www.laopiniondezamora.es

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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