Hasta finales de septiembre o principios de octubre no comenzarán las tareas de ensilado del maíz forrajero en la Costa da Morte. La cosecha lleva unos diez días de retraso, pero a estas alturas del ciclo los ganaderos de la zona ya saben que será una de las mejores de los últimos años. La abundancia y la calidad conseguirá paliar la bajada de los precios de la leche, que ha vuelto a poner a muchas explotaciones al límite de la rentabilidad.
El precio medio está ahora en torno a los 0,35 euros, por lo que ya se sitúa un céntimo por debajo del mínimo que los productores establecieron durante las protestas de noviembre del 2012, tras las que se consiguieron la mediación de la Xunta para que las industrias hicieran contratos a los que las abastecían. Los acuerdos, que tenían una duración de seis meses, no se renovaron, y ahora los productores no saben lo que cobran. De hecho, ni siquiera conocen exactamente la cotización de la leche que entregaron en julio. Las empresas ya les están haciendo los ingresos, pero todavía no tienen las facturas.
En este marco, a los productores pocas más alternativas les quedan que reducir los costes de producción para hacer sus explotaciones más viables. La alimentación es fundamental a la hora de hacer las cuentas y dentro de los forrajes, la campaña del maíz es la más importante.
Los ganaderos de la zona, especialmente los de la zona costera de Bergantiños y Soneira, calculan que la producción de maíz será «bárbara». Se han dado las condiciones para que la masa foliar sea «impresionante», como la han calificado varios profesionales del sector.
Rendimiento
Las perspectivas son inmejorables sobre todo para los terrenos que se plantaron primero, a mediados de mayo. En estas fincas el maíz no solo está alto, sino también extraordinariamente verde y lleno de hojas, lo que hará que el rendimiento esté muy por encima de la media.
No hay peligro este año de sequía, porque la primavera ha sido muy húmeda y el verano, un poco atípico, con agua suficiente y buenas temperaturas.
A pesar de eso, los ganaderos apurarán la alimentación ante el temor de excederse de la cuota, ya que la Unión Europea ya ha anunciado que habrá multas para el que lo haga. Cuando los precios tocaron fondo, los profesionales se adecuaron a la situación reduciendo las raciones.
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