Ganaderos cordobeses pilotan una organización que con 550 millones de litros de leche pretende, por ahora, hacerse fuerte para neogicar precios
La Organización de Productores Lácteos (OPL) de Andalucía ya es una realidad. Tras aglutinar la mayor oferta láctea de España, busca alcanzar la rentabilidad de las explotaciones. Una vez resueltos los problemas de integración de los ganaderos independientes del Grupo Alba, Gabriel Pizarro se hace cargo, como presidente, de esta herramienta de negociación de precios. Compartirá el cargo en la OPL con la gerencia de la cooperativa de Belalcázar Virgen de la Alcantarilla.
—¿Qué es la OPL?
Es una herramienta que la nueva ley de concentración de cooperativas nos permite para aglutinar la oferta frente a la demanda. Es poder negociador de los ganaderos para vender la leche. El 70 por ciento de la leche andaluza se vende a Puleva, y contra un solo comprador no podemos negociar.
—¿Qué dimensión va a tener esta organización láctea?
—Estaremos en torno a los 550 millones de litros de leche, por lo que nos vamos a convertir en la mayor organización láctea de España. Aunque estamos empezando ahora, y queda mucho por hacer, esta unión nos podría dar una posición ventajosa dentro del mercado.
—¿Con este nuevo organismo se van a poder hacer compras conjuntas y bajar los costes de producción?
—No. La OPL no está constituida para hacer compras conjuntas, ni tampoco para interactuar en los mercados. Pero es verdad que puede ser el primer paso para la creación de organismos paralelos que sí puedan hacerlo. No es la solución a los problemas de los ganaderos, es un mecanismo para intermediar entre ganaderos e industria.
—¿Cómo se ha llegado a la amenaza de desaparición del sector lácteo?
—Ha habido un descenso de las ventas de los productos elaborados (batidos, quesos,…) y el consumidor ha apostado por las marcas blancas por ser más baratas.
—¿Las marcas blancas son una preocupación para ustedes?
—Es el consumidor, que debido a la situación económica, ha comprado la marca blanca porque tiene un precio más bajo. Las marcas tradicionales se han resentido por ese hecho.
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