A la subida del precio de la leche, que ha sido del 20 %, hay que añadir la bajada de la cotización de los piensos
Empiezan a verse los primeros brotes verdes en la agroganadería de la Costa da Morte. Después de cuatro años sin apenas cubrir los costes de producción, la subida de los precios de la leche ha devuelto la esperanza a los más de 900 productores censados en la comarca. No en vano, de mantenerse los actuales precios -incluso se espera que sigan repuntando hasta finales de año- el aumento de los ingresos de los profesionales de la zona superará los siete millones de euros, en comparación con el ejercicio pasado.
Si en septiembre de 2012 el precio que registraba la leche producida en la comarca rondaba los 29 céntimos por litro, en el mismo mes de este año la cotización media supera ligeramente los 36 céntimos. Esta subida de más del 20% cobra todavía más importancia si se tiene en cuenta que coincide en el tiempo con una bajada del precio de los piensos de entre el 6 y el 10%. La alimentación del ganado es, actualmente, el concepto que mayor desembolso supone a los productores. De hecho, se calcula que seis de cada diez euros que gastan las granjas se dedican a pagar los piensos y demás alimentos de sus animales por lo que un descenso significativo de esta partida provoca, paralelamente, una mejora inmediata de la rentabilidad de las granjas.
«Pódese dicir que a situación, para alivio de todo o sector e non so dos productores, volveu ao seu estado natural», resume el director técnico de la Asociación de Criadores de Frison Africor-Coruña, José Moreira Pardiñas. «O prezo do leite subiu porque estaba inusualmente baixo e os pensos baixaron porque as cotizacións xa eran inalcanzables para moitos establos. Agora só esperamos que a situación alcance certa inestabilidade e se acabe coa especulación e coa volatilidade de prezos que tanto prexudica aos gandeiros», precisa este profesional para quien los indicadores internacionales hacen pensar que la situación de buenos precios que se registra actualmente debería mantenerse durante, al menos, el primer semestre del próximo año.
Si bien la subida del precio de la leche es una constante en toda Galicia, los importantes volúmenes de producción que alcanzan las granjas de la zona, y las primas que la industria les concede por ello, provoca que el precio comarcal sea hasta un 10% mayor que el del resto de la comunidad. Bergantiños y Soneira también se encuentran por delante del conjunto de Galicia en las medias de producción por animal, ya que mientras aquí es de más de 11.000 kilos anuales, la gallega apenas supera los 9.000 kilos.
De la miseria a la esperanza
Probablemente los últimos cinco años han sido los peores en mucho tiempo del sector ganadero en Bergantiños, Soneira y Fisterra. Con unos precios en origen en caída libre y unos gastos de producción que no dejaban de subir, no era descabellado pensar que buena parte de las granjas tenían los días contados.
Sólo los más eficientes y saneados económicamente lograban beneficios, el resto -la mayoría- apenas lograban cubrir sus costes de producción.
¿Qué ha sucedido para que esta situación haya cambiado de una forma tan sustancial en tan poco tiempo?, se preguntará quien lea que las explotaciones aumentan de forma importante su nivel de ingresos. La respuesta no es sencilla y atiende, aunque resulte difícil de creer, a la evolución de los mercados mundiales. Y en concreto al aumento de la demanda de países conocidos como emergentes como China o India que provoca que media Europa esté exportando sus excedentes a estas regiones en vez de inundar mercados interiores y hundir los precios como venía haciendo últimamente, por ejemplo, Francia con España.
Con los piensos sucede algo parecido. El anuncio de una gran cosecha de soja a nivel mundial, principal elemento de estos concentrados alimenticios, ha provocado una bajada de su precio y por tanto también de todos sus derivados que sirven de alimento a las vacas.
Para bien o para mal, buena parte del futuro de las ganaderías de Vimianzo, Muxía, A Laracha o Dumbría se juega en Chicago, Pekín o en las grandes fincas de cereal de Brasil, Argentina o Ucrania. La otra parte depende de una gestión racional, eficiente y sostenible. Una asignatura en la que los profesionales de la Costa da Morte parecen progresar adecuadamente.
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