Francisco Rodríguez, presidente de Ilas, advierte de que el bloqueo derivará en un exceso de producción y en la bajada de los precios de la leche.
La decisión de Vladímir Putin de prohibir la importación de determinados productos alimenticios, agrícolas y ganaderos de los países que han apoyado sanciones económicas contra Rusia tras su papel en el conflicto ucraniano -incluida la UE- puede comprometer en gran medida los intereses de la industria láctea asturiana y, como consecuencia, la de los ganaderos de la región. La voz de alerta la daba ayer Francisco Rodríguez, el presidente de Industrias Lácteas Asturianas (Ilas), quien considera que el veto de Rusia «tendrá un efecto rebote que afectará muy directamente a España». «Es fácil prever que vamos a tener problemas. Se avecinan tiempos difíciles que me preocupan mucho, porque detrás de todo esto están nuestros ganaderos que, si no obtienen renta suficiente, optarán por abandonar el campo o cambiar el tipo de producción», advirtió durante su intervención en el curso de La Granda, organizado por la Fade, que llevaba por título ‘Retos de Asturias desde el punto de vista de los empresarios’.
La explicación es fácil. Los países de la UE que como consecuencia del bloqueo ruso dejen de vender sus productos lácteos en este país forzarán la comercialización de los mismos en el mercado comunitario, lo que derivará en un exceso de producción y en la inevitable bajada de precios.
La situación se agrava aún más si se tiene en cuenta, añadió Francisco Rodríguez, el complicado escenario que ya sufre el sector como consecuencia de que los países de la comunidad europea decidieran producir este año en exceso, dado que es el último en el que están en vigor las cuotas lecheras. Concretamente, calculó, la producción de leche ha crecido entre un 7 y un 8% por encima de la cuota global comunitaria, lo que supone unos 20 millones de litros más por día. «Con cualquier inflexión del mercado internacional que se produzca en este escenario caeremos de forma inmediata en unos excesos peligrosísimos. Puede ser una catástrofe», vaticinó, al tiempo que mostró su preocupación por el hecho de que Bruselas «no tiene nada previsto para hacer frente a esta situación».
El sector lácteo no fue del único que se habló ayer en los cursos de La Granda. José Cardín Zaldívar, gerente del grupo Valle, Ballina y Fernández, abogó por «reestructurar el sector agroalimentario y fomentar el consumo de materias primas autóctonas para marcar un diferencial de calidad», para lo que están resultando de gran valor indicadores como el Denominador de Origen y la Indicación Geográfica Protegida.
Turismo extranjero
De realizar el diagnóstico y los retos del sector turístico se ocupó Javier Martínez, socio del grupo Gavia. El empresario hostelero habló de la desventaja que existe en Asturias en relación con otras comunidades con mayor presencia de turismo extranjero. «El incremento del turismo extranjero es uno de nuestros principales retos», reconoció. En cualquier caso, se mostró optimista con respecto al futuro del sector y subrayó la necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías . «Hoy en día nuestros clientes ya no se conforman con lo que dicen las agencias de viajes; miran foros y redes sociales. El turismo está en pleno desarrollo mundial», dijo, al tiempo que mostró su preocupación por las limitaciones en transporte de larga distancia que sufre la región.
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