Las fincas alegan que la rentabilidad del producto transformado es mucho mayor que sin este proceso.
Algo se mueve en el campo de Menorca. Varias fincas han decidido en los últimos años centrar sus esfuerzos en la producción de queso en detrimento de la venta de leche sin transformar. El viraje tiene como objetivo aumentar la rentabilidad de unas explotaciones que ven como el precio que les pagan por la leche de sus vacas, a pesar de la última subida, sigue siendo de los más bajos de España y es insuficiente para sacar adelante las fincas.
«La producción de queso te permite obtener un rendimiento mayor que si vendes directamente la leche a alguno de los compradores que tenemos en la Isla», apunta un payés. Las cifras cantan. Un litro de leche se paga a los productores menorquines a una media de 36 céntimos. La misma cantidad, pero transformada en queso sin curar puede reportar algo más de 50 céntimos. Es decir, un beneficio casi un 40 por ciento superior.
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