Los productores de Amieva y Peñamellera Baja comienzan a elaborar piezas de leche cruda de oveja ante la gran demanda de los turistas de regiones vecinas
Aunque pueda sonar extraño, el queso también entiende de modas. Al menos eso sostienen los productores de la Quesería Jaime de la localidad amievense de Pregondón y la quesería La Chivita del pueblo de Buelles, en Peñamellera Baja, que desde hace unos meses han comenzado a fabricar queso de leche cruda de oveja debido a la creciente demanda de este tipo de producto por parte de los turistas.
Ambos aseguran que en los últimos años está habiendo un cambio en el gusto de los consumidores que hasta no hace mucho apreciaban mucho más los quesos de varias leches, pero cada vez se decantan más por los de una leche única. «No sabemos si por cuestiones de modas, casualidades o simplemente experimentos la gente ahora pide más los quesos hechos exclusivamente con leche de cabra o de oveja», explica Manuel Gutiérrez, de quesos La Chivita.
Dentro de ese tipo de quesos, señala que los que más están triunfando son los de la leche cruda de oveja, un tipo de queso hasta ahora sin tirón en la región, pero cuya creciente demanda ha abierto una posible nueva línea de negocio para los productores. Es el caso del propio Gutiérrez que hace unos meses decidió lanzarse a probar con el nuevo producto después de que un colega de procesión cerrase su quesería por obras y le pidiera hacerse cargo de los 3.000 litros de leche de oveja que tenía disponible. «El caso es que lo fabricamos y en cuestión de semanas lo terminamos y tuvimos que comprar más leche para hacer más», relata el quesero, que define este tipo de queso como «una especie de queso manchego, pero más blando y grasiento».
Un éxito del que Gutiérrez no es el único que se ha aprovechado, pues en la Quesería Jaime de Pregondón también vieron en esta variedad una manera de complementar su tradicional fabricación de Los Beyos, el cual aún debe esperar unas semanas para estar a punto para su venta. «Vimos que mucha gente de País Vasco, Galicia o Cantabria lo pedía en los mercados a los que acudimos y decidimos probar», explica la quesera Ana Álvarez acerca un producto cuya maduración se estima en un mínimo de dos meses y sus precios oscilan entre los 18 y 25 euros el kilo. .
Entre los principales inconvenientes está la escasez de la leche de oveja en una región como Asturias, en la que abunda más la leche de cabra, al haber una mayor tradición quesera de este tipo, mientras que la de oveja es más propia de la región vecina de Cantabria por lo que suele importarse. La diferencia entre ambas leches es que el precio de la de oveja duplica al de la leche de cabra, si bien los propios queseros restan importancia a esta diferencia de precio debido a las características de cada una de las leches. «La leche de oveja cuesta el doble porque tiene el doble de proteínas y grasas y por ello un litro de oveja da el doble de aprovechamiento que un litro de cabra», explica un Gutiérrez que confía en que la demanda siga aumentando.
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