Ciudad de México.- El dirigente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González, afirmó que la crisis alimentaria en México se inició desde hace 18 años con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que privilegió a la industria láctea y la benefició con la condonación del impuesto arancelario por más de 4 mil millones de dólares, durante los 14 años del periodo de desregulación.
Además, abrió la importación de leche y subsidiada de origen cancelando el esquema para los productores en México y los obliga a competir deslealmente con los precios internacionales del lácteo en polvo, por abajo de los costos de producción.
De esta forma, indicó, se condenó a más de 600 mil productores a abandonar la actividad, contraviniendo el esquema de desgravación paulatina que dicho tratado concedía.
Aunado a lo anterior, denunció el dirigente, se han autorizado Normas Oficiales Mexicanas, por ejemplo la NOM 155, que permiten vender productos lácteos con un contenido nutricional menor al que aporta naturalmente lo producido por una vaca.
Asimismo, la liberación del precio de la leche fungió como arma en contra de los productores y consumidores de México, sin que el Gobierno considere que nos han quitado más de 36 mil millones de pesos en el año de 2011 derivados del poder adquisitivo de cada litro de leche, cantidad que hubiera permitido la autosuficiencia lechera en México.
De igual forma, destacó, hubiera permitido producir leche al mismo costo de los principales 20 países productores del lácteo en el mundo, dado que «los ganaderos mexicanos del sector social somos tan capaces como cualquiera, el único problema que enfrentamos es que la industria nos transa sin que el Gobierno la limite en su ambición».
González Muñoz dijo que los industriales han arrebatado a la producción de leche su vocación de bien social, por lo que se les pide reconocer que los productores tienen que sobrevivir y para ello se les demanda que aumenten un peso a cada litro que compran a los pequeños y medianos ganaderos.
Carlos Acosta / El Sol de México
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