«¿Cómo así que la leche no subió?». Esa pregunta la hizo ayer la administradora de una finca en el sector de Gallinazo, en Villamaría. La señora desconocía que el precio será el mismo este año, según lo informó el Gobierno Nacional el pasado martes. «Todo sube, menos la leche. En marzo siempre ha subido, así sea un poquito», recriminó. Agregó que los insumos suben, incluso hasta en un 12%, y que cada día se hace más duro trabajar, pues se invierte más, pero gana menos.
300 metros más abajo, en la vía que conduce de Gallinazo al barrio La Enea, de Manizales, está la finca El Tesoro. Tienen 22 vacas y producen entre 360 y 370 litros diarios de leche. Su administrador, César Augusto Álvarez, explicó que la queja de ellos radica en que si bien los precios de la leche no caen y permanecen estables, los costos para que su negocio crezca o se mantenga sí suben.
«Uno habla con los administradores de esta zona y todos decimos lo mismo. Todo sube cada año», aseguró. Agregó que en su finca las jornadas de ordeño son de 4:00 a 6:30 de la mañana y de 2:30 a 4:00 de la tarde.
Ajustar políticas
Jorge Andrés Martínez, director ejecutivo de la Asociación colombiana de procesadores de leche (Asoleche), en respuesta a un correo electrónico de LA PATRIA, explicó que el acopio nacional de leche fresca en el 2014 creció el 4% respecto al 2013, y llegó a los 3 mil 500 millones de litros, es decir 140 millones de litros más. «La meta para el 2015 es la reducción de costos de producción en ganadería lechera y la exportación continua y no coyuntural».
El director ejecutivo de Asoleche planteó la necesidad de formalizar la relación entre la industria y los ganaderos, según él, con la intención de generar un clima de confianza mutua y como elemento integral de una política láctea en el país. «Es importante definir los contratos de proveeduría entre productores y procesadores que permitan llegar a garantizar la compra del 100% de la leche producida en el país».
De acuerdo con el directivo, en la mayoría de los casos hay acuerdos de palabra entre ganaderos e industriales, basados en la costumbre y tradición, pero no son formales, lo que hace que sean vulnerables.
¿Cómo deciden el precio?
El precio pagado al ganadero se define de acuerdo con variables económicas establecidas por el Ministerio de Agricultura, según el director ejecutivo de Asoleche, Jorge Andrés Martínez.
La calidad es el factor determinante en este sistema, toda vez que el precio corresponde a la calidad de la leche. De esta forma, a mayor calidad hay mayor precio. Adicionalmente, la industria paga bonificaciones voluntarias al ganadero. El sistema de precios fue aprobado por el Consejo Nacional Lácteo, y allí se revisa periódicamente su comportamiento.
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