El Consejo de Estado anuló el registro de la marca Frescoleche, otorgado hace una década en el país a una empresa domiciliada en San José, Costa Rica.
La decisión fue tomada porque dicho nombre induce al público a error en el mercado frente al signo Freskaleche, que pertenece a una sociedad santandereana de la industria de lácteos.
Así falló una demanda presentada por Freskaleche S.A. contra las tres resoluciones de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), mediante las cuales concedió la inscripción Frescoleche dentro de la clase 29 de la Clasificación Internacional de Niza. Es decir, leche, leche en polvo, yogurt, natilla, queso, mantequilla y bebidas a base de leche.
Según el alto tribunal, el signo Frescoleche “no reúne el requisito de distintividad para distinguir tales productos dentro del mercado e induce al público a error, encontrándose incurso en las causales de irregistrabilidad”.
Se trata de dos signos similares, dijo, que no pueden coexistir en el mercado porque sus productos tienen una misma conexión competitiva y, por ende, pueden publicitarse y comercializarse por los mismos medios, usarse eventualmente de manera complementaria, y tener una misma finalidad.
De hecho, explicó, el registro en controversia induciría a confusión directa e indirecta al público consumidor sobre su origen empresarial. Es más, según el alto tribunal, “se observa que la marca Frescoleche posee semejanza ortográfica, fonética e ideológica con el signo notorio Freskaleche”.
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