En Medellín y otras ciudades del país, la leche, considerada como el alimento más completo para el ser humano, está siendo reemplazada por bebidas saborizadas artificialmente y, peor aún, por gaseosas con muy escaso aporte nutricional. Lo más preocupante es que, en sectores populares, el consumo promedio de un niño no supera los 35 litros al año, cuando el promedio nacional sí alcanza los 140 litros.
“…que los niños no estén consumiendo leche, eso es algo que tenemos que trabajar…”, dice el Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Antioquia, Dr. Luis Guillermo Palacio, y más aún si se considera que la recomendación de la OMS es que cada persona debe consumir al menos 182 litros de leche por año.
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