Colombia: 4 puntos claves para una verdadera política #láctea en Colombia según Asoleche

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La leche que se queda en finca en épocas de abundancia, así como la informalidad del mercado lácteo, deben ser vistas como oportunidad de crecimiento para el sector lácteo colombiano. Según Jorge Andrés Martínez, Director Ejecutivo Asoleche, el cual realiza un análisis del sector lácteo colombiano y da luces para una verdadera y productiva política láctea en Colombia.
Martínez asegura que se trata de una oferta de leche que, bajo la ejecución de una política láctea integral, permitiría a Colombia posicionarse en mercados de exportación, garantizando la disponibilidad de productos para compradores externos, sostenida en el tiempo y aprovechando el proceso de inserción internacional de la economía del país. Porque actualmente las exportaciones lácteas son oportunistas, responden a situaciones coyunturales y no tienen continuidad.
Los elementos para una política láctea integral son:
1) Garantizar la absorción industrial de la leche producida en el país, a través de contratos de proveeduría que fortalezcan el vínculo entre productor e industria.
2) Tener un precio de compra para los volúmenes adicionales de producción, con referencia a los precios internacionales más competitivos. Tanto los volúmenes adicionales de la producción como su precio de compra, deberán ser definidos a través de un estudio técnico económico elaborado por un ente imparcial.
3) Promover la exportación de los volúmenes de producción adicionales que entren al sistema formal, para consolidar al país como potencia exportadora de leche y derivados lácteos. Aquí debe revisarse la relevancia de las exportaciones a nivel país, mediante alianzas y sociedades de industria y productores de leche.
4) Contar con un instrumento de parafiscalidad eficiente, que promueva la mayor productividad del sector, acompañe y brinde asistencia técnica al productor de leche, y actúe como mecanismo de estabilización de precios y fomento a la exportación. Los recursos parafiscales tienen la naturaleza de recursos públicos, por lo cual su administración debe estar sujeta a los más altos estándares de transparencia.
Hay amenazas pero también oportunidades
El actual momento tiene una connotación única para el sector lácteo colombiano. Existen amenazas pero también oportunidades; tenemos falencias en competitividad pero también una cultura ganadera y lechera posicionada a nivel nacional, así como un eslabón industrial que invierte continuamente en tecnología de proceso y desarrollo de productos.
En medio del proceso de apertura comercial en el que nos encontramos hay riesgos, pero debe verse este momento como la ocasión para dar un vuelco al sector, que genere crecimiento y bienestar en el campo, a través de una política integral que propenda por el desarrollo lácteo en todos los eslabones de la cadena productiva.
La imposibilidad de absorber el total de la producción de leche por parte de la industria láctea formal no es nuevo. Sucede periódicamente de acuerdo al ciclo natural del negocio lácteo; de la producción y su estacionalidad. Luego de los fenómenos climatológicos adversos de los años anteriores –verano intenso en 2010 e inundaciones nacionales en 2011–, el anunciado Fenómeno del Niño se descartó hacia finales de 2012, por lo cual la oferta de leche creció en 2013 y así se consolidó la “enlechada” del año pasado.
Los volúmenes adicionales de producción se quedaron en las fincas de pequeños productores, generando un grave problema social. Adicionalmente las importaciones de lácteos del 2012 se realizaron como previsión industrial frente a un posible desabastecimiento por el verano anunciado. Dichas importaciones equivalen a menos del 7% del total de la producción nacional de leche.
Limitantes de la regulación y del ciclo productivo
¿Y por qué sucede todo esto? ¿Por qué no comprar toda la leche que se produce en el país? En primer lugar, hay que tener en cuenta la brecha existente entre compradores formales e informales.
Mientras los primeros –industria láctea legalmente establecida, que paga impuestos, contribuciones parafiscales y es sujeto de inspección, vigilancia y control por parte de gobierno– están regulados y deben cumplir con el pago de un precio base, los segundos pueden bajar y subir precios libremente, de acuerdo a la coyuntura del mercado, y sin ningún control ni sanción en caso de traspasar los límites de la resolución 17 de 2012 del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural.
En segundo lugar, la industria absorbe la oferta de leche fresca que está en capacidad de comercializar en el mercado interno o en mercados de exportación. Si no hay espacio para posicionar los volúmenes adicionales de producción, se procesará la cantidad de leche extra que pueda mantenerse en inventarios, como contingencia pero nunca como solución estructural, por lo cual en cuestión de poco tiempo la “enlechada” se manifestará en el campo.
Impacto del acopio industrial
Vale la pena mencionar el esfuerzo que se lleva a cabo para incrementar las compras de leche fresca. La industria láctea compró a productores de leche colombianos 3.108 millones de litros durante el año 2013, lo cual corresponde a un total superior al de 2012 en un 7.11%. Del total nacional, 2.391 millones de litros fueron producidos por las ganaderías de trópico alto (altiplano cundiboyacense, eje cafetero y suroccidente), mientras que 716 millones de litros lo fueron por las de trópico bajo (caribe, los Santanderes y oriente).
Año tras año la industria logra formalizar parte de la producción de leche. Sin embargo, para generar un cambio trascendental, que permita la consolidación de un sistema lácteo nacional productivo, competitivo y generador de bienestar y progreso en el campo, se requiere de una política láctea integral, que responda a la problemática del sector, sus ciclos y estacionalidades, y que promueva el desarrollo de nuevos mercados.
Fuente | Asoleche

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Así lo expresó Domingo Possetto, secretario de la seccional Rafaela, quien además, afirmó que a los productores «habitualmente los ignoran los gobiernos». Además, reconoció la labor de los empresarios de las firmas locales y aseguró que están «esperanzados» con la negociación entre SanCor y Adecoagro.

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