Una joven profesional de Tokio fue hasta la ciudad de Tours, en la región de Loira, para derrotar en cata y presentación de quesos de alta calidad a los mejores exponentes de Francia, Italia, Bélgica, Italia y Estados Unidos.
La japonesa Miyuki Murase fue la sorpresiva, pero muy merecida ganadora del Campeonato Mundial de Queseros celebrado en la ciudad francesa de Tours, en la ya célebre región de Loire con presencia de los mejores profesionales queseros y afinadores («fromagers et affineurs») del mundo.
En un auditórium colmado de expertos y en medio de un gran entusiasmo, la profesional japonesa subió al escenario para recibir su diploma y medalla en el marco del Mundial del Queso y de los Productos Lecheros que por primera vez se celebra fuera de la ciudad de París.
Después de 8 horas de competencia sin interrupción y de deliberaciones secretas del jurado, los puntajes para los ganadores oscilaron entre 110 y 140 puntos.
Y allí fue donde se produjo la sorpresa, porque quien acumulaba más puntuación fue una joven quesera venida especialmente desde Tokio para competir en el Campeonato del Mundo.
Visiblemente sorprendida y muy emocionada, la joven Miyuki, quien ya comenzaba a ser una celebridad, trepó al pódium blandiendo la bandera japonesa. Ella había vencido a Pascal Fauville y a Nathalie Vanhaver, los 2 queseros belgas que la escoltaron. Los otros candidatos eran 3 franceses, 2 norteamericanos, un australiano y un italiano.
TODO UN DESAFÍO
Los competidores debieron afrontar una serie de pruebas de altísimo nivel imaginadas por el presidente del Jurado, el francés Rodolphe Le Meunier, Mejor Quesero Internacional en 2007 y Mejor Obrero de Francia, como por ejemplo el servicio de un plato de degustación con quesos obligados y la composición de un plato sobre un tema impuesto, que en este caso fue «Un plato de quesos para nuestros niños».
El desafío incluyó también la preparación de un plato quesero frío, una prueba de corte y talla del queso, una degustación a ciegas y la presentación de un queso llamado le «coup de coeur», el «golpe de corazón» o un queso elegido como el preferido del competidor.
La japonesa Miyuki destacó particularmente en las pruebas llamadas artísticas en las cuales su creatividad hizo la diferencia. Trabajando a pie forzado en «El queso para los niños», ella inclinó abrumadoramente la balanza a su favor con una escultura con piezas de diferentes quesos en estilo origami.